Así lo señaló David Psalmon (París, 1973), investigador, director teatral y actor egresado del Théâtre National d'Evreux de Francia en la categoría de actuación y perfeccionado con Jean Lalaude, Augusto Boal y Philippe Hottier del Théâtre du Soleil, entre otros, al hablar de su obra “Los hambrientos” que actualmente presenta en un escenario capitalino.
“Me parece fundamental utilizar el escenario teatral para presentar una investigación en torno a ese tema que no es fácil. El origen del proyecto, como “Los Náufragos”, nuestra anterior puesta en escena, surge de una reflexión de la obra del filósofo Michel Foucault, quien en su momento interrogó los sistemas de control social, al hablar sobre la locura”.
Con esa influencia, Psalmon abrió una arista secundaria sobre la alimentación para hablar de un personaje que ya no quería alimentarse si no conocía el origen exacto de cada uno de los ingredientes que se metía a la boca. “El dicho asiático tan banal que dice “eres lo que comes” es profundamente verdadero aunque lo tomamos con poca seriedad”, añadió.
Explicó a Notimex que este es un proyecto “escénico documental”, o un “documental escénico” que inició con una investigación profunda sobre la alimentación en muchas de sus vertientes, y del término global “biopolitica”, que habla sobre los sistemas que buscan controlar a la gente tanto ideológicamente como en sus cuerpos y procesos biológicos.
A partir de esa idea de los sistemas de control del cuerpo humano, David Psalmón llegó inevitablemente a investigar sobre la alimentación contemporánea, cómo sucede hoy en día, industrializada y controlada, aseguró por los grandes consorcios y los monstruos de la industria alimentaria, que globalmente son 20 a nivel mundial, quienes controlan todo.
Esas empresas, sostuvo, tienen claro que pueden controlar a los consumidores a través de las sustancias y cosas que hacen que comamos, las cuales acaban por generar una total dependencia y producir cáncer, diabetes y alzhéimer, “negocio redondo para ese sistema que luego intenta curar esos males, que él mismo ha generado, vendiéndonos medicinas”.
Consecuentemente, el entrevistado dejó ver que su pretensión es recuperar la soberanía alimenticia. “Esa es la idea central con la que el espectador deja la sala, retomar el control de su alimentación, y ya no dejar esa actividad en manos de las megaempresas cuyo gran y única meta es convertir a la población mundial en consumidores dóciles y obedientes”.
Sin embargo, reconoció que esa pretensión es una utopía “porque cada vez más comemos de manera inconsciente, no revisamos etiquetas de productos que comemos, confiamos en la buena fe de la industria agroalimentaria, y no imaginamos que atrás de una inocente hojuela de maíz o de un simple jugo se esconde el deseo de control sobre la gente”.
Cuando tenemos esta información, añadió, “debemos regresar al origen, por eso la obra es un himno al conocimiento que nos hace ver todo lo que hay detrás del acto cotidiano de comer; debemos demostrar si efectivamente somos lo que creemos que somos, una especie superior dotada de razón. Lo mejor es actuar y consumir de manera inteligente”.
Abonó que cuando sabemos sobre la cantidad de químicos agregados que hay en lo que nos metemos a la boca por el simple hecho de que saben bien, y ver el daño que nos hace, debemos pensar también que hace 40 años no se registraban en todo el mundo tantos casos de cáncer, alzhéimer o diabetes.
David Psalmon, quien posee una triple formación académica (Maestro en Teatro, y Licenciado en literatura y en sociología) realizada en la Universidad de la Nueva Sorbona (París 3) y en el Trinity-College de Dublín (Irlanda). En 1997 inició su Doctorado en Teatro sobre “Brecht y los modelos”. Vive y trabaja en México desde enero de 2000, asegura:
“¿Por qué esas enfermedades son tan omnipresentes en las sociedades de hoy? Porque hemos dejado nuestra soberanía alimenticia en manos de empresas agroalimentarias a las que no les interesa nuestra salud, sino que consumamos sus productos a toda costa, para que nos enfermemos y nos puedan vender después otros productos llamados medicinas”.
“Los hambrientos” se presenta del 20 de enero al 12 de febrero en la Sala Rosario Castellanos de la Casa del Lago ubicada dentro de la Primera Sección del Bosque de Chapultepec, los viernes a las 20:00 horas y los sábados y domingos a las 18:00 horas, y hay que llegar con el afán reflexionar en torno al tema de la comida, que nos toca a todos.
“Porque si hay algo que todos hacemos, es comer. Que esa reflexión nos lleve a tomar decisiones distintas en la vida cotidiana para dejar de ser víctimas de un sistema y volver a ser soberanos, no podemos ser libres si no tenemos idea de lo que nos metemos a la boca. Esta es una obra abierta a todo público, desde adolescentes hasta la tercera edad”.
Detalló que los adultos mayores han sido testigos del cambio tan brutal en la alimentación en los últimos 40 años, mientras los jóvenes tienen hoy en día una mayor conciencia de cambio en sus hábitos alimenticios porque además, el consumo cárnico es la fuente número uno de contaminación mundial, de acuerdo con Psalmón.
El entrevistado reveló datos duros: “51por ciento de los gases que provocan el efecto invernadero a nivel mundial es generado por la industria agroalimenticia, contra el 13 por ciento de todo el sector transporte, es decir, criar animales contamina cuatro veces más que todos los camiones, aviones, barcos, trenes y autos del mundo; esa es información poco difundida”.
Agregó que si seguimos a este ritmo de consumo en el año 2048 tendremos océanos sin peces pues consumimos 100 millones de toneladas de pescados al año, estamos vaciando los fondos marinos y destruyendo los ecosistemas, y en el año 2050 las selvas tropicales de México habrán desaparecido, por eso urge recobrar la razón y tomar acciones”, acotó.
“En la obra no decimos más que la pura verdad, datos duros y dolorosos, pero reales. En este momento, los seres humanos estamos actuando como un parasito en el planeta. Lejos de creer que somos parásitos, que el mundo se va a acabar y por eso es mejor disfrutarlo mientras se pueda, debemos confiar en que tenemos la capacidad de cambiar el mundo”.
“Los Hambrientos” es un inteligente ensayo escénico sobre biopolítica, desarrollado por el Colectivo TeatroSinParedes, inspirado en la obra de Foucault, y al mismo tiempo, es un buffet de cuestionamientos sobre la alimentación desde un punto de vista biológico, político, ecológico, ético y social. Entre varias más, la obra hace las siguientes preguntas:
“¿Qué efectos tienen los alimentos en nuestro organismo?, ¿Cómo coexistir en el planeta haciendo el menor daño posible?, ¿Dónde quedó la libertad cuando ya no tenemos idea de lo que estamos comiendo?, ¿Cómo el sistema ejerce el control a través de los medios de producción y de distribución? El público tiene los elementos para responder.
Sin embargo, advirtió el director escénico, más que brindar respuestas en torno a estos cuestionamientos, “Los hambrientos” pretende construir un espacio de reflexión y encuentro que arroje luz sobre nuestra forma de alimentarnos, consumir y relacionarnos con nuestro entorno, con la naturaleza… con todo lo que nos rodea en todo el mundo.
“Los hambrientos” aborda el tema desde la óptica biológica, química, ética, filosófica y económica, y es continuidad del trabajo colectivo de TeatroSinParedes al ser la segunda parte de una reflexión más amplia iniciada con “Los náufragos”, sobre la locura, los sistemas de dominación y de alienación que rigen a las sociedades contemporáneas.
Cuenta con dramaturgia y actuación de Beatriz Luna, David Psalmon, Jorge Maldonado, Karim Torres, Itzel Tovar y Karla Sánchez; actuación especial, Sébastien Lange; voz en off, Joaquín Cosío, y dirección de David Psalmon, quien finalmente informó que tras la actual temporada, la obra irá del 20 de febrero al 21 de marzo al teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque, con funciones todos los lunes y martes a las 20:00 horas.