Andrew Garfield casi se vuelve 'loco' rodando con Scorsese

Además de las exigencias físicas y de la complejidad de sus personajes en 'Silencio', la última película del oscarizado Martin Scorsese, los actores Andrew Garfield y Adam Driver tuvieron que afrontar también la experiencia de vivir durante ocho días alejados del mundanal ruido en una aislada zona rural de Gales, una circunstancia que, al menos en el caso del primero, estuvo a punto de sumirle en un profundo estado de inestabilidad mental.

"Nos pasábamos todo el tiempo solos el uno con el otro y llegó un momento en el que ni siquiera éramos capaces de hablar, solo murmurábamos cosas sin sentido. Fue una experiencia muy bonita en determinados momentos, pero tengo la sensación de que cuando volvimos a la realidad nos habíamos quedado un poco locos, sobre todo yo", reveló en el programa de Graham Norton, de la cadena BBC.

Durante los largos viajes en coche que solían realizar para explorar los campos de Gales, necesarios según el cineasta para que ambos pudieran interiorizar mejor sus papeles de dos misioneros que se adentran en el Japón más innacesible, los dos intérpretes experimentaron toda clase de sensaciones como resultado de su falta de contacto con la realidad.

"Recuerdo un trayecto de algo más de tres horas en coche que dio para toda clase de momentos. Hubo todo tipo de lenguaje vulgar y de reflexiones sobre la vida. También se sucedieron momentos de muchas risas y también de lágrimas", confesó el intérprete sin querer ofrecer más detalles.

Más allá de las surrealistas anécdotas que se derivan del rodaje de 'Silencio', lo cierto es que los buenos resultados que se extraen de su arduo trabajo llevaron a Andrew a reivindicar recientemente la calidad de la película y el carácter atemporal que, a su juicio, definen la obra después de que solo consiguiera una nominación de cara a la próxima entrega de los Óscar.