Tribunal simbólico denuncia violencia obstétrica

16 de Mayo de 2016
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tribunal simbolico denuncia violencia obstetrica
tribunal simbolico denuncia violencia obstetrica
México, mayo (SEMlac).- Por primera vez, víctimas directas e indirectas de violencia obstétrica comparten testimonios ante seis expertas internacionales en un Tribunal Simbólico de Muerte Materna y Violencia Obstétrica, donde quedó de manifiesto que este tipo de violencia se ha normalizado, que es resultado de la crisis de derechos humanos del país y que ha llegado hasta los hospitales.

En este tribunal, convocado por 27 organizaciones, se compartieron historias de mujeres que sufrieron violencia obstétrica; testimonios de familiares que han perdido a una mujer en el proceso antes, durante o posterior al parto, y relatos de madres que perdieron sus hijos por omisión o negligencia en la atención médica; de quienes han estado al borde de la muerte; de quienes fueron discriminadas por tener VIH o sida, o aquellas que sufrieron esterilización forzada.

El común denominador: falta de médicos especialistas, ausencia de equipamiento, mala atención, malos tratos, discriminación étnica, escasa información por parte del personal médico, secuelas físicas y psicológicas, y una nula esperanza de acceso a la justicia.

"Carolina", originaria de Guanajuato, narró que perdió a sus gemelas, dos niñas que nacieron muertas porque en el hospital nunca estuvo en manos de especialistas, siempre de residentes.

"Luego de horas me sacaron a las bebés y me llevaron a una sala donde estaban las mamás con sus hijos. Yo no vi a mis bebés, solo vi dos bultos. Además, el personal médico y de enfermería llegaba a preguntarme por mis hijas, no puede ser que no leyeran el expediente".

El esposo de Susana Hernández, de Chiapas, narró que ella murió porque no había personal en el hospital ni equipo médico.

"Me dijeron que mi esposa había muerto de un paro cardíaco, pero sé que la operaron tres veces, le quitaron hasta la vesícula y no vivió. Nuestra hija se salvó y yo no quiero que le vaya a pasar lo mismo".

Las personas que compartieron testimonios provenían de la Ciudad de México, Chiapas, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Yucatán y Zacatecas.

Se expusieron 17 casos de violencia obstétrica y 10 de muerte materna, experiencias que pusieron de manifiesto que el parto es el momento en que más se violaron los derechos humanos de las mujeres, seguido del posparto y el embarazo.

De estos 27 casos presentados, hubo 10 muertes fetales y cinco neonatales; y 24 niños y niñas quedaron huérfanos por las omisiones cometidas mayoritariamente en unidades de salud y hospitales de la Secretaría de Salud federal y las estatales, seguidas por las del Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

Gladys Acosta, experta independiente del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la ONU, expresó que la cadena de violaciones a los derechos humanos de las mujeres es producto de una larga historia y tiene responsables, son los políticos, los que están en el gobierno federal, estatal y municipal.

"Decirlo en voz alta es la única forma de luchar y tenemos que entender que detrás de cada caso hay violencia institucional, porque tenemos políticas de salud equivocadas, orientadas con un enfoque financiero y esto se agrava en el caso, por ejemplo, de las mujeres indígenas", dijo Acosta.

Explicó en este tribunal que hay que reconectar con la vida, humanizar la atención, "porque este es un sistema que nos está matando".

Es necesario, añadió, hacer recomendaciones concretas a los Estados y promover protocolos a fin de establecer sanciones para tratos crueles e inhumanos y determinar mecanismos de quejas porque no es posible esperar a que lleguen los grandes cambios, hay que empezar por cada hospital, cada comunidad.

Por otra parte, Julissa Mantilla, abogada y profesora de la Maestría de Derechos Humanos y de Género de la Pontificia Universidad Católica de Perú, dijo que el patrón general expuesto en los testimonios habla de una responsabilidad del Estado.

"No es un problema solo de mujeres, es una violación de derechos fundamentales que afecta a familias, comunidades, países y regiones".

Alda Facio, una de las relatoras especiales sobre la Cuestión de la Discriminación contra la Mujer en la Ley y en la Práctica de la ONU, señaló que no se puede permitir que la muerte materna se considere como algo natural, porque es clara muestra del poco valor que se atribuye a las mujeres y al respeto de su dignidad.

Al respecto, Alicia Yamin, directora de Políticas Públicas del Centro François - Xavier Bagnoud para la Salud y Derechos Humanos de la Universidad de Harvard, explicó que la mortalidad materna es una radiografía de nuestras sociedades, de los patrones de exclusión que viven las mujeres y de cómo funciona el sistema. "Este es un país convulsionado por la violencia en su sociedad", expresó.

Hay un gran desafío hacia adelante, dijo Sandra Oyarzo, matrona y profesora de la Universidad de Chile. "Es urgente que no haya más muertes de mujer y bebés, es urgente que el nacimiento sea un momento para celebrar la vida y que las mujeres accedan a sus derechos a la vida, la salud y a tener una atención calificada".

Finalmente, Catalina Martínez, directora regional para América Latina y el Caribe del Centro de Derechos Reproductivos, señaló que el Estado mexicano está obligado a respetar los derechos de las mujeres, a evitar este tipo de violaciones y a impedir su repetición. Por: Gabriela Ramírez

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