Baldomero Fernández Moreno cambió la medicina por la poesía

06 de Julio de 2015
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México, 6 Jul 15 (Notimex).- El poeta argentino Baldomero Fernández Moreno es recordado a 65 años de su fallecimiento, ocurrido el 7 de julio de 1950, por dejar una extraordinaria obra lírica, caracterizada por convertir en bellos versos las cosas más simples y los hechos cotidianos.

Fundador y exponente de la tendencia denominada Sencillismo, el autor dejó su profesión de formación, la medicina rural, para dedicarse a su gran pasión: la literatura.

De acuerdo con el portal de Internet “mcnbiografias.com”, Baldomero Fernández Moreno nació el 15 de noviembre de 1886 en Buenos Aires, Argentina, en el seno de un hogar de españoles.

Cursó sus primeros estudios en España y luego se trasladó a la capital argentina, donde terminó la carrera de medicina, misma que abandonó para dedicarse a las letras.

En 1915 irrumpió en el panorama literario argentino con el poemario titulado “Las iniciales del misal”, en que demostró ser una voz novedosa y sugerente, matizada por el lirismo y la ironía que encontraba en la realidad más inmediata.

Dicha obra fue recibida favorablemente por los lectores y la crítica, que más tarde acuñó el termino sencillismo para individualizar el estilo particular de Baldomero Fernández Moreno.

Luego de ese éxito literario, el autor publicó: “Intermedio provinciano” (1916), “Ciudad” (1917), “Por el amor y por ella” (1918), “Campo argentino” (1919) y “Versos de Negrita” (1920).

Así como “Nuevos poemas” (1921), “Canto de amor, de luz y de agua” (1922), “Mil novecientos veintidós” (1922), “El hogar en el campo” (1923), “Aldea española” (1925), “El hijo” (1926), “Décimas” (1928), “Último cofre de Negrita” (1929) y “Sonetos” (1929).

En los años 30, Fernández Moreno siguió cultivando su obra con “Cuadernillos de verano” (1931), “Dos poemas” (1935), “Seguidillas” (1936), “Romances” (1936) y “Continuación” (1938), señalan los datos del autor disponibles en el sitio web “biografiasyvidas.com”.

En 1941 preparó una antología de sus versos que sería ampliada en sucesivas ediciones y luego de la muerte de uno de sus hijos, su poesía se volvió oscura y desesperada, ejemplo de ello son: “La patria desconocida” (1943), “La mariposa y la viga” (1947) y “Penumbra” (1951), este último publicado luego de la muerte del poeta, ocurrida el 7 de julio de 1950.

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