Cambio climático influyó en desatar conflicto en Siria: estudio

03 de Marzo de 2015
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Nueva York, 3 Mar 15 (Notimex).- La violencia en Siria, que desde marzo de 2011 ha causado la muerte de unas 200 mil personas, fue causada entre otros factores por una histórica sequía, cuya intensidad fue producto del cambio en el clima producto de la actividad humana, reveló un informe.

Publicado este martes en la revista Debates de la Academia Nacional de Ciencias, indicó que la sequía, que azotó a Siria de 2006 a 2010, destruyó la agricultura de la región del norte del países, lo que generó una migración a las ciudades y alimentó las filas del descontento.

Titulado “Cambio climático en el Creciente Fértil e implicaciones de la reciente sequía siria”, el documento sostuvo que la migración generó una gran pobreza urbana, que sumada a los malos manejos del gobierno y a otros factores crearon el levantamiento que culminó en la primavera de 2011.

Richard Seager, científico del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, afirmó que el estudio no dice que la sequía causó la guerra, pero que ésta se sumó a otros factores que tensaron la situación y que detonaron el conflicto.

“Decimos que junto a otros factores de tensión, (la sequía) ayudó a empujar las cosas al umbral de un conflicto abierto. Y una sequía de esa severidad fue creada muy probablemente por la sequedad, generada por la actividad humana, en esa región”, aseguró Seager.

El informe explicó que cada vez un mayor número de investigaciones sugiere que el clima extremo, incluidas las altas temperaturas y las sequías, aumentan las probabilidad de violencia, desde ataques individuales hasta guerras de gran escala.

Algunos investigadores pronostican que el calentamiento global causado por la actividad humana elevará la ocurrencia de futuros conflictos, e incluso aseguran que esto ya está sucediendo.

Asimismo, informes periodísticos han vinculado la actual violencia en Siria, Irak y otros lugares en parte a problemas ambientales, en especial a la falta de agua.

El estudio presentado este martes es quizá el primero en combinar datos climáticos, sociales y económicos, y en tratarlos de cuantificar en relación a la guerra actual en Siria, de acuerdo con sus autores.

El documento señaló que Siria fue especialmente vulnerable a la sequía por la colusión de otros factores, como el enorme crecimiento de la población, de cuatro millones en la década de 1950 a 22 millones en años recientes.

El gobierno, además, impulsó la siembra de cultivos que utilizan mucha agua, como el algodón, en tanto que las perforaciones ilegales en pozos de irrigación mermaron la reservas acuíferas subterráneas, que habían provisto de agua a la población durante años.

Los efectos de la sequía fueron inmediatos. La producción agrícola, que representa un cuarto de la economía del país, se desplomó en un tercio; el ganado del noreste de Siria prácticamente desapareció; se duplicaron los precios de los cereales; y aumentaron enfermedades relacionadas con la desnutrición.

“El rápido cambio demográfico alienta la inestabilidad. Si esto fue un factor primario o sustancial es imposible saber, pero la sequía puede acarrear devastadoras consecuencias cuando se suma a una aguda vulnerabilidad preexistente”, subrayaron los autores del informe.

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