México, 12 Dic (Notimex).- El presidente de la CNDH, Luis Raúl González Pérez, ofreció que el organismo a su cargo, con sustento en el reconocimiento pleno de la dignidad humana y en ejercicio de su autonomía, acompañará todo esfuerzo que desde las instituciones y la sociedad civil se emprenda a fin de lograr un México pacífico, justo e incluyente al que se aspira.
Durante la entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos 2014, que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto, el ombudsman nacional mencionó que “en este aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos tenemos la oportunidad histórica no sólo de superar la situación actual, sino de redefinir para bien el futuro de México",
González Pérez urgió a ubicar en el centro de toda la administración pública, la defensa y protección de los derechos humanos y la atención integral a las víctimas, pues sostuvo que es un requisito indispensable para todo acto de gobierno.
Garantizó todo el apoyo al ejercicio de la libertad de expresión y de la protesta pacífica dentro del marco de la ley, así como la aplicación estricta de la misma a quien ejerza violencia, afectando derechos e intereses de terceros".
Es obligación de la autoridad dar cauce a las muestras de descontento, escuchar las necesidades expresadas y generar canales o vías adecuadas para responder a ellas efectivamente, aseveró.
"También lo es la oportuna y debida aplicación de la ley, la cual lleva implícito el respeto a los derechos humanos. Por complejas que sean las circunstancias, México no puede permitir el debilitamiento de su Estado de derecho".
En su opinión, las manifestaciones son una expresión de hartazgo ante la impunidad por la complicidad entre algunas autoridades y delincuentes, además de que las instituciones de gobierno no actuaron de forma adecuada ante diversos hechos en algunas regiones del país.
Advirtió que ante ese panorama adverso, hoy se entrega el Premio Nacional de los Derechos Humanos 2014, y resaltó que la conquista y el reconocimiento de esas garantías aún enfrentan desafíos múltiples y en México atraviesan una etapa muy compleja.
Insistió que casos tan condenables como los de Iguala, Guerrero, y Tlatlaya, Estado de México, han sacudido la conciencia colectiva. "Calles y plazas se llenan de personas que protestan, dando visibilidad a exigencias que hasta hace poco estaban dispersas".
La violencia, la inseguridad, la corrupción y la impunidad han provocado, además de dolor e indignación, un sentimiento de desconfianza hacia las instituciones, de malestar, de fractura en el Estado de derecho, así como una percepción de lejanía e indiferencia de las autoridades ante los reclamos de la sociedad, enfatizó.
Dichos reclamos tienen diversos medios de expresión, aunque "las manifestaciones públicas son tal vez el medio más visible de protesta, la cual también ha encontrado espacios para surgir en múltiples ámbitos como los académicos, los culturales, los periodísticos y en las redes sociales".
Alertó que ese ejercicio legítimo de derechos se ha visto afectado por las acciones de grupos minoritarios violentos, que ante las circunstancias actuales quisieran generar un contexto de ruptura y polarización social.
La injusticia, la mentira y la violencia, sea cual sea su origen, agreden y debilitan a México, por lo que la verdad, la transparencia, el imperio de la ley y el diálogo fortalecen y dignifican a todos, indicó.
El titular de la CNDH urgió a atender el tema de la impunidad, que es el mayor flagelo a erradicar, pues “no podemos mantenernos indiferentes o aceptar la impunidad, pues es el preludio de la barbarie”.
Además, sostuvo que la esperanza de una convivencia pacífica, armónica y apegada a la ley, sólo se podrá concretar si la defensa y protección de los derechos humanos se asume el eje de toda actuación del poder público.
Dijo que coincide con las voces que han expresado la necesidad de conjugar tres dimensiones básicas para posibilitar la vida en común en el país, las cuales son el ejercicio pleno de las libertades y derechos; la construcción de un piso común de satisfactores materiales y culturales que propicie la cohesión e inclusión social.
Además, el fortalecimiento de un Estado de derecho que en verdad sea digno de tal nombre y en esa lucha por la vigencia de los derechos humanos, la participación activa de la sociedad civil es indispensable, resaltó.
González Pérez admitió que la actividad diaria de todos los defensores y de las organizaciones de civiles están modificando para bien la realidad mexicana.
Adelantó que promoverá que en sus próximas entregas, este Premio Nacional tenga una difusión más amplia y una mayor participación, a efecto de que se fortalezca y consolide como un reconocimiento a quienes son factor de cambio y ejemplifican lo mejor de nuestra sociedad.
CNDH acompañará a instituciones para lograr un México de paz
12
de Diciembre
de
2014
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