Fotos de militares, hacendados y niños en su muerte exhiben en Mérida

29 de Octubre de 2014
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Mérida, 29 Oct. (Notimex).- Fotografías de militares, niños, adultos mayores, mestizos, rancheros, hacendados o personajes de principio del siglo XX, comparten un elemento común, la muerte, como parte de la muestra denominada “Que muero porque no muero”.

Un total de 42 fotografías componen esta exposición en la que el tema principal es la fotografía mortuoria, práctica de 1915 hasta cerca de los años cincuenta del siglo pasado, cuyo objetivo central era tener una imagen “de cuerpo” del ser amado.

El coordinador de la Fototeca Guerra de la Universidad Autónoma de Yucatán, Jimmy Montañez López, añadió que esta muestra permite rememorar una práctica generalizada de tomar fotografías a la persona fallecida, pero también cómo eran los velatorios, los cortejos de gente destacada, los mausoleos de la época, entre otros datos.

La muestra que se exhibe en el centro cultural Café Amaro corresponde a fotografías tomadas de las piezas originales, es decir, fueron impresas bajo la técnica artesanal, lo que favorece la presencia del blanco y negro, pasando por diversos variantes del gris.

La exhibición ofrece fotografías de niños muertos y colocados de manera que parece que están durmiendo o en el regazo de sus madres, también se puede mirar a una mujer anciana aparentemente con su esposo, un militar, un personaje que pudiera ser un hacendado y político.

De igual forma, se aprecian cortejos fúnebres en diversas partes de la Plaza Grande o Principal de Mérida, mujeres que rinden homenaje a otras congéneres en el cementerio general, así como diversos mausoleos pertenecientes a distinguidas familias de la época.

Montañez López señaló que aunque en la actualidad esta costumbre escandalizaría, para su época era completamente normal, y que la única manera de tener acceso a una foto familiar –por su costo- era al momento de morir alguno de sus miembros y tomarla.

Por esta razón, varias piezas que integran la muestra corresponden a una estampa familiar y es que anterior a la fotografía era imposible tenerla más que mediante un cuadro pintado al óleo, cuyo costo era inalcanzable para la clase baja.

La realidad, dijo, es que para los mexicanos la muerte es sinónimo de festividad, parte de una cultura que inició en la época prehispánica y que perdura hasta la fecha con algunas variantes, incluso “nos comemos a la muerte, aunque sea en calaveritas de azúcar”.

“Para la época, a la persona fallecida se le hacía pasar como si estuviera viva y se rodeaba de las cosas que más le gustaban, por eso es que afirmamos que la fotografía es para preservarlo vivo”, destacó.

En los años cincuenta del siglo XX, esta práctica dejó de suceder, ya que se empezó a considerar como una falta de respeto fotografiar a los muertos, además de que la fotografía en diversos momentos de la vida era mucho más popular.

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