Carisma y talento se conjugaron en el tenor Mario Lanza

06 de Octubre de 2014
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México, 6 Oct (Notimex).- A 55 años de su muerte, que se cumplen mañana, el tenor Mario Lanza es recordado como uno de los grandes cantantes de ópera del siglo pasado, que supo conquistar cuantos escenarios pisó.

Su influencia en la cultura popular estadounidense estalló con sus presentaciones en grandes escenarios de Hollywood, mismas que lo llevaron a formar parte de la pantalla grande durante por lo menos siete años.

Alfredo Arnaldo Cocozza, su nombre completo, nació el 31 de enero de 1921 en el seno de una familia de migrantes italianos en Filadelfia, Estados Unidos, según la información del artista en el portal “mariolanzatenor.com”.

Sus padres, Antonio Cocozza y María Lanza tenían un conflicto por la decisión de su hijo por dedicarse al canto. Su madre, una cantante frustrada, le fomentó la música desde niño, pero su padre no lo apoyó en esa decisión.

Su calidad vocal se hizo evidente a los 16 años de edad, por lo que las negativas terminaron y al poco tiempo comenzó con la participación en producciones de ópera locales organizadas por la Compañía de Ópera de Filadelfia de la YMCA.

A partir de ese momento, gracias a la influencia materna por el canto se decidió por el nombre artístico de Mario Lanza, nombre con el cual se identificó ante el director Serguéi Kusevitski (1874-1951), quien lo becó para que realizara sus estudios musicales.

Cuentan sus biógrafos que su primera oportunidad en un escenario trascendental se le dio en el Festival de Música de Berkshire, con la ópera cómica de Otto Nicolai (1810-1849) “Las alegres comadres de Windsor”, en agosto de 1942.

La actuación incluso fue criticada favorablemente en el diario “The New York Times”, por el escritor Noel Straus, posteriormente apareció con el personaje de “Rodolfo” en el tercer acto de “La Bohéme”, de Giacomo Puccini (1858-1924).

Lamentablemente su carrera se vio interrumpida por la II Guerra Mundial donde fue asignado al Servicio militar limitado en 1943, debido a la parcial ceguera que presentaba en un ojo, y posteriormente lo enlistaron en los Servicios Especiales.

Dos años después se casó con la hermana de uno de sus compañeros militares, a la par de su búsqueda de saltar a la televisión o al cine con la empresa angelina “Victoria de Samotracia” y la “Twentieth Century Fox”.

Musicalmente cerró un contrato de exclusividad con la RCA Rercords, pero al no tener suficiente experiencia en grabaciones, decidió pulir su técnica en Nueva York con barítonos como Robert Weede y Grant Garnell, con quienes había trabajado previamente.

En 1945 incursionó en la radio gracias a la vacante temporal que había en la estación CBS, en el programa “Grandes momentos en la música”, donde realizó seis presentaciones con obras operísticas.

A pesar de la fama que ya tenía, Lanza aún no se sentía cómodo con su técnica de canto por lo que decidió estudiar durante 15 meses bajo la dirección de Enrico Rosati.

A la par de esta especie de regularización, Mario vivió uno de las giras más largas de su carrera con un total de 86 conciertos, en países como Estados Unidos, México y Canadá, entre 1947 y 1948.

Durante una de las presentaciones de este ciclo en el Hollywood Bowl su presencia llamó la atención del fundador de la cadena cinematográfica Metro Goldwyn Mayer (MGM), Louis B. Mayer, quien lo amarró para firmar un contrato que lo vinculó por siete años con la empresa.

“That Midnigth Kiss” y “The Toast of New Orleáns” fueron los primeros filmes con el sello MGM, mientras que su interpretación de Enrico Caruso en el filme “El gran Caruso”, es una de las que más se han quedado en la mente de la gente.

Fue corrido de la casa cinematográfica pero eso no lo alejó del cine pues volvió a formar parte de ese mundo con los filmes “Serenata” compartiendo créditos con Sara Montiel, y “Las siete colinas de Roma”, en Italia.

Enfermedades como la hipertensión o la flebitis aguda lo aquejaban constantemente, pero eso no le impidió continuar con sus conciertos en la Ópera de Roma, ni con la grabación de su última película “Por primera vez”.

Sin embargo, una embolia pulmonar complicada por las demás enfermedades que arrastraba le quitó la vida el 7 de octubre de 1959, en Roma.

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