Satisface a bombero José María haber rescatado a anciano con vida

21 de Agosto de 2014
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Villahermosa, 21 Ago. (Notimex).- “Aparte de apagar fuego, casi, casi, mi especialidad es agarrar fauna nociva; una víbora, un cocodrilo y animales salvajes”, relató José María Balcázar de la Cruz, oficial segundo de guardia del Cuerpo de Bomberos de Tabasco.

Con 15 años de experiencia en ser bombero –antes era policía estatal preventivo-, afirmó que él y el resto de sus compañeros -82 en total, repartidos en tres guardias-, también acuden a reportes de cocodrilos que salen de las lagunas.

“Lo más difícil son los cocodrilos, ese lucha y hay que someterlo entre tres o cuatro compañeros. Primero hay que lazarlo por el cuello, de ahí se le somete, otro le agarra la cola y otro se le monta, lo manea, se inmoviliza y a la camioneta”, explicó.

En los últimos cinco años, recordó, ha realizado al menos 10 capturas de cocodrilo.

Otro animal salvaje que le ha tocado buscar son los mapaches. “Son bravísimos, te atacan, y tienen dientes filosísimos. Se te avientan y tienes que lazarlos para llevarlos al Centro de Convivencia o al Yumká”.

Las víboras, conocidas como boas, las atrapan con un paño o una tela para cubrirle la cabeza y que no ataquen. Al igual que el resto de las especies, se llevan a cualquiera de los dos centros de conservación de animales.

Una de sus satisfacciones, dijo, es haber rescatado con vida a un anciano, hace unos 10 años.

“Nos tocó ahí por Nueva Imagen –complejo de edificios habitacionales en Tabasco 2000-. Te sientes bien cuando haces eso, porque se salva una vida que es lo que a nosotros más nos interesa”.

En cuanto a combatir un incendio, eso es lo más complicado, narró, pues rescatar personas cuando están atrapadas dentro de las casas significa entrar a oscuras.

“Vas, entras y no sabes lo que vas a encontrar. Solamente te guías por la línea de manguera que llevamos o palpando puertas, las paredes, así llegamos hasta las habitaciones donde podemos a veces rescatar”, dijo.

En entrevista con Notimex, previo al Día del Bombero este viernes, indicó que trabajan horarios de 24 horas corridas, de las 07:00 horas hasta las 08:00 del día siguiente, por la entrega-recepción, y descansan 48 horas.

Egresado del Colegio de Policía y Tránsito, precisó pertenecer a la 24 generación de antigüedad de egresados, y de esa institución provienen casi todos los bomberos.

Con 47 años de edad, apuntó que la edad operativa para un bombero va de los 20 a los 50 años, cuando aún conservan fuerza y agilidad.

Casado y con tres hijos, mencionó que uno de ellos quiere que le deje su plaza cuando se retire.

“Pero eso no es cosa de nosotros –sonríe-, es cosa de que le busquen y se los den, sobre todo prepararse y se convenza si quiere o no ser bombero, porque algunos sólo ven la emoción, pero estar aquí es otra cosa”, subrayó.

Cada bombero, expuso, tiene asignado un equipo personal por parte de la Coordinación Estatal de Protección Civil, que consiste en casco, chaquetón, botas, pantalón, guates, monjas, y equipos de respiración autónomos.

“Que nos permite entrar a cualquier sitio aunque el humo este fuertísimo, nosotros nos sentimos como si anduviéramos aquí, podemos respirar bien y lo utilicé en el rescate del ancianito, si no, no se puede entrar”, explicó Balcázar de la Cruz.

Al momento de acudir a un siniestro, también miden el riesgo y para eso son las capacitaciones y la experiencia, además que una avanzada de logística evalúa primero la situación.

“Uno sabe cómo protegerse. Si hay gasolina o fuga de gas, tienes que arrastrarte por el piso porque esos materiales se quedan a cierta altura”, manifestó.

Pero cuando más trabajo tuvieron los bomberos, añadió, fue curiosamente en la inundación de 2007, por la evacuación de personas, de ir y venir para bajarlos de las azoteas y luchar contra la corriente.

En los años que lleva como bombero, afirmó que no se ha registrado la muerte o lesiones graves de compañeros de profesión.

“He visto sólo que se han cortado con vidrios en viviendas, cuando sin querer se tropiezan o pasan donde hay puntas filosas; o que los golpee una rama, pero nada de gravedad”, concluyó.

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