“Perro que fuma” divierte a público del Teatro Orientación

04 de Agosto de 2014
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México, 4 Ago. (Notimex).- La historia de un joven, mudo de nacimiento, que a sus 11 años de edad disfruta de ver pasar la vida a través de su ventana, es narrada en la propuesta escénica “Perro que fuma”, que anoche se presentó en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque (CCB), en esta ciudad.

Bajo la dirección y autoría de Leo Mendonca, este monólogo se desarrolla en un departamento de 32 metros cuadrados, donde este chico mudo, acompañado por sus binoculares y su gran pasión por el pollo con papas, observa la vida transcurrir.

Sentado, este niño habla sobre su familia disfuncional, sus conflictivos amigos, un enano fisicoculturista que vende flores, un pájaro adentro de una botella y su perro turbo que fuma (nombre que le dio, a consecuencia de un sueño).

Manuela Fernández Vivian, actriz que encarna a este personaje, inteligente, imaginativo e hiperactivo, con excelente entonación y expresión corporal atrapa por completo la atención del público, trayendo como consecuencia, sentirse parte de la historia.

Una simple joven da vida a esta disparatada comedia, donde todo es lo que parece; un chico sin nombre, que tira huevos a los autos y no come otra cosa sino pollo con papas.

Como parte de las actividades del Décimo Festival de Monólogos "Teatro a una sola voz 2014", el montaje propone un acercamiento comprensivo y tierno a los descubrimientos en torno a la identidad sexual, a la inconfortable soledad y la rebeldía confusa de la pre-adolescencia, al cinismo como una forma de autodefensa.

Entre los personajes que se abordan en la obra, destacan un padre desempleado y golpeador que siempre anda en calzoncillos; una madre gorda, que trae basura de la calle; una hermana bastante bipolar a consecuencia de su fallida búsqueda del amor de su vida y un hermano que trabaja manejando una fotocopiadora.

Por espacio de una hora, la actriz antes mencionada despierta risas y carcajadas con su actuación, su tono de voz, sus expresiones y gesticulaciones, las cuales fueron un completo agasajo.

“Perro que fuma” es un monólogo divertido, pues las observaciones del niño son sarcásticas con un toque de humor negro e invitan a reflexionar sobre el sentido de la vida, la familia y el trabajo.