Acidificación de los océanos preocupa a ambientalista venezolano

20 de Febrero de 2014
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Caracas, 20 Feb (Notimex).- El coral y los moluscos pueden verse amenazados de desaparecer por la acidificación a medida que el dióxido de carbono emitido por la actividad humana es absorbido por los océanos, advirtió hoy ambientalista venezolano Erik Quiroga.

“Debemos adelantar toda una cruzada mundial para evitar que se produzca este gigantesco daño ecológico, precisó Erik Quiroga, promotor de la creación del Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono, aprobado por la Unesco en 1995.

Quiroga, destacó a Notimex que la acidificación de las aguas puede incrementarse en 170 por ciento este siglo y provocar cuantiosas pérdidas económicas, por un cambio en el ecosistema y la biodiversidad marina, según un reciente estudio realizado al respecto.

“El informe señala que el coral, los moluscos y los peces pueden verse gravemente amenazados por la acidificación que se produce a medida que el CO2 emitido por la actividad humana (quema de combustibles fósiles) es absorbido por los océanos”, recalcó.

El CO2 generado por la quema de combustibles fósiles es absorbido por los océanos y, a medida que el gas se disuelve en el agua salada, se convierte en ácido carbónico, detalla un estudio que se presentó en la Conferencia contra el Cambio Climático, en California.

Explicó que la aceleración del proceso alteró la composición química de los océanos y afecta a todos los organismos marinos, incluidos los arrecifes de coral, sus mayores reservas de biodiversidad, cuyo papel es similar a los bosques tropicales en tierra firme.

“Si siguen las emisiones, los corales constituidos a lo largo de siglos podrían verse reemplazados y los moluscos serían una de las especies más amenazadas, igualmente el fenómeno podría afectar el comportamiento de los peces y modificar su fisonomía”, observó.

Advirtió que el gran reto planteado es salvar la biodiversidad marina, pero que para ello ningún sofisticado plan de geo-ingeniería, ni siquiera reducir drásticamente las emisiones de CO2 sería capaz de revertir el proceso de acidificación actual.

Recomendó “depositar las esperanzas en tres actividades al alcance de la sociedad actual: plantar y conservar bosques, enriquecer y prevenir la erosión del suelo agrario, y estimular el crecimiento de plancton, la base de la cadena alimentaria de los océanos”.

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