Ordena Egipto detención de policías por muerte de islamistas

22 de Octubre de 2013
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Madrid, 22 Oct (Notimex).- La Fiscalía de Egipto ordenó hoy la detención de cuatro policías, acusados de la muerte de 38 miembros de la Hermandad Musulmana, asfixiados en agosto pasado cuando eran trasladados a un centro penitenciario.

Los policías, que serán juzgados por la muerte de prisioneros islamistas asfixiados, forman parte de un grupo de siete altos oficiales que eran investigados por el caso, el primero en su tipo, según un reporte de la agencia estatal de noticias MENA.

"La fiscalía ha estado investigando el incidente desde que ocurrió, por lo que hoy la fiscalía ordenó el arresto de cuatro oficiales de alto rango y poner en libertad a los otros tres acusados", informaron fuentes de seguridad.

El diario estatal Al Ahram, informó por su parte en su página Web, que el fiscal público Hisham Barakat ordenó la detención provisional de cuatro oficiales de policía, en espera de una mayor investigación sobre la acusación de asesinato.

Los islamitas que perdieron la vida se encontraban en un convoy que transportaba a más de 600 prisioneros a la cárcel de Abu Zaabal, cerca de El Cairo, el pasado 18 de agosto, por actos de violencia durante una protesta a favor del derrocado presidente Mohamed Mursi.

Los 37 detenidos murieron asfixiados, después de que las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos a la parte trasera de la camioneta oficial que los transportaba al penal, para frenar un intento de fuga.

El Ministerio del Interior indicó en su momento los presos intentaban escapar del vehículo oficial que les transportaba a la cárcel y que la policía lanzó los gases, para contener a los detenidos, que habían tomado un oficial de policía de rehén.

Sin embargo, la Hermandad Musulmana, la organización del depuesto presidente Morsi y que ha sido prohibida por las autoridades interinas, aseguró que los detenidos fueron asesinados.

La Hermandad Musulmana ha acusado a las autoridades egipcias de flagrantes violaciones de los derechos humanos contra el movimiento desde que el ejército derrocó al presidente Mursi, el 3 de julio, argumentando su incapacidad para gobernar.

Sin embargo, las autoridades niegan las acusaciones de la Hermandad, a cuyos miembros califica de "terroristas empeñados en desestabilizar el país", por lo que prohibió sus actividades y confiscó todos sus bienes.

Cientos de islamistas han muerto y cerca de dos mil, incluyendo el propio Mursi y otros líderes de la Hermandad Musulmana, han sido detenidos en los últimos meses, como parte de la campaña de represión lanzada contra ellos tras el derrocamiento de Mursi.

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