Reconocen alejamiento de personas de Iglesia por falta de atención

08 de Mayo de 2013
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San Cristóbal de Las Casas, Chis., 8 May. (Notimex).- El obispo Felipe Arizmendi Esquivel reconoció que hay quienes se alejan de Dios y de la Iglesia por la falta de atención y bondad de un sacerdote u otro agente de pastoral o por un mal testimonio en su vida.

"Pero la gente se aleja no sólo por fallas clericales, sino también porque muchos que se llaman católicos no viven con coherencia su fe", afirmó en su mensaje de media semana.

Comentó que hay narcotraficantes, asesinos y desalmados que se declaran católicos; bandas criminales que extorsionan y secuestran, asaltan y vejan a migrantes, y dicen ser de esta religión y reconoce que también "hay mujeres dizque católicas que acuden sin escrúpulos a abortar".

Agregó que en las cárceles, así como hay muchos inocentes que no salen libres por falta de recursos económicos, también hay asesinos y ladrones que participan en los ritos católicos, aunque también reconoció que esto no quiere decir que los de otras religiones "sean almas de Dios, santos e intachables".

Por eso, dijo, también a los miembros de otras religiones los contamina el pecado, "lo que pasa es que los no católicos en nuestro país son proporcionalmente pocos. En todas partes hay corrupción, infidelidades, mentiras, alcoholismo, drogadicción".

El prelado admitió que estos pecados son los que le restan credibilidad a la Iglesia católica y a las demás denominaciones religiosas, por ello aumenta más la "no creencia", pero en realidad "todos somos pecadores; quien diga lo contrario se engaña y no está en la verdad".

Pidió a los fieles examinar su vida "y preguntémonos si alguien se ha alejado de Dios y de la Iglesia por mi culpa, por mi falta de bondad y paciencia, por mi mal comportamiento, por mi incoherencia, por mi corazón no solidario con los que sufren".

Aceptó que es fácil culpar a otros de nuestros males, "se requiere mucha madurez, humildad y sencillez de corazón para reconocer los propios errores".

"Pero no nos quedemos en culparnos, sino pidamos la luz y la fortaleza del Espíritu para convertirnos al Señor y amar con verdad a los demás. Amar es la clave", puntualizó.

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