Estrena Adrián Vázquez "El hijo de mi padre", un crudo monólogo

08 de Mayo de 2013
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México, 8 May. (Notimex).- La historia de Maxi, un hombre que se ha construido a sí mismo, dando tumbos por la vida, a veces con resultado ganador y otras tantas con descalabros, es la que narra la puesta en escena "El hijo de mi padre", que inició temporada la víspera en el foro A Poco No, en el Centro Histórico de esta ciudad.

El monólogo presentado por la compañía teatral "Los Tristes Tigres", dirigido y actuado por Adrián Vázquez, presenta una furiosa historia de amor y desamor, de imposturas y violencia, de lealtades y traiciones, de enigmas sin resolver y de venganzas inesperadas.

Se trata de un relato de vida, donde el protagonista entreteje su historia con anécdotas contadas de manera ágil, plagadas de crueldad, pero lúdicas, con su dosis de dolor, nostalgia y desolación.

La trama, en la que un joven de una típica familia que se propone revelarse a su destino manifiesto, transcurre en un cubo de madera de un metro de altura por 50 centímetros de ancho.

El joven actor avecindado en Xalapa se presenta frente a sus padres y convierte el espacio escénico en un delicioso campo para jugar a la representación.

En ese pequeño cubo, el actor que personifica a Maxi habita con la potencia de la narración, el uso del imaginario y la transfiguración corporal, desarrollando a su vez, ambientes, escenas, espacios y personajes.

Es decir, toda la historia fluye de una manera agradable, pero con una zozobra en el espectador por las escenas que se van interpretando.

Durante la obra, Vázquez finge ser un niño de nombre "Maximino", quien narra su infancia, cuenta cómo es que se juntaba con la pandilla de niños, aborda a sus padres, su maestra de escuela, el director y otros personajes de cuando era niño.

"No abordamos ningún estrato profesional, simplemente hablamos de las relaciones humanas, de cómo finalmente se construye una sociedad. Maxi llega a una colonia de reciente creación y vemos cuales son los códigos que comienzan a permearse en las relaciones entre los niños y adultos", dijo el joven actor.

En esta obra, Vázquez acude un poco a los ambientes de la zona norte del país, para crear un mundo, el de un niño que crece en un ambiente de hostilidad, tanto en escuela como con su familia.

"Hablamos del mundo de los cholos clásicos que existían en Tijuana y se cuestiona cuales fueron las circunstancias que lo convirtieron en lo que ahora es: un tipo muy violento", refirió.

La puesta en escena es un trabajo irreverente, crudo y descarado, colmado de ingenio y humor negro, donde de punta a punta mantiene un ritmo ágil a través de secuencias narrativas y diálogos incisivos que se traslapan en un sólo hilo anecdótico.

"El hijo de mi padre" se presentará hasta el próximo 5 de junio en el recinto situado en la calle República de Cuba, número 49.

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