Lucha Juliana Faesler cada día por un lugar más justo para la mujer

06 de Marzo de 2013
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Juliana Faesler. NOTIMEX
Juliana Faesler. NOTIMEX
México, 6 Mar. (Notimex).- Hace 17 años Juliana Faesler dejó su vida en Londres para regresar a su país natal, México, y poner en práctica todo lo aprendido en la licenciatura de escenografía que cursó en el Central Saint Martins School of Art.

Consciente de que sería complicado incursionar en un campo dominado por el género masculino apostó por el trabajo de calidad y por propuestas escénicas en las que la figura femenina es elemental y revalorada.

Actualmente, Faesler no sólo es fundadora y creativa de compañía La Máquina del Teatro; además ha destacado en la escenografía y en la dirección teatral, y se ha ganado un lugar en la ópera nacional como una de las más innovadoras directoras, tarea que asegura no fue sencilla.

Entrevistada por Notimex, la escenógrafa recordó que su primera puesta en escena; "Rosencrantz y Guildenstern han muerto" de Tom Stoppard, la montó en el teatro La Capilla, en 1996, "ahí inicia una carrera en dirección, escenografía e iluminación, pero fue difícil porque en ese entonces esos campos estaban todavía más dominados, que ahora, por hombres; eran territorios de los señores".

Para sobresalir en un campo donde la gente dudaba sobre su conocimiento por el simple hecho de pertenecer al género femenino, aseguró, la clave ha sido el trabajo constante y de calidad, "mi socia y yo no paramos, la única manera es hacer, hacer y hacer; no dejar que te borren del mapa y ser muy honesto con tu trabajo porque es lo que hace tu marca".

Segura de que hay un avance en cuanto al papel de las féminas en el campo laboral, Faesler consideró que de cierta manera la idea de que las mujeres tienen que trabajar el doble que los hombres para alcanzar algo; es cierta, "creo que todavía me tocó el coletazo de los señores y sí, siento que muchas veces fui relegada o que no me dieron apoyo por ser mujer, o no lo sé, pero el trabajo se lo quedaban los señores".

Entre las experiencias desagradables que ha vivido a causa de su género, mencionó el regateo por su trabajo y la falta de respeto al dudar de sus conocimientos y capacidades, ejemplo de ello fueron sus inicios en la iluminación:

"Te veían como y a esta qué le pasa, no sabe nada, y entonces había que subirse a la escalera y demostrar que podías, pero una vez que esa comunicación estaba establecida, había una buena convivencia, pero fue duro hubo experiencias que eran para llorar del coraje".

Defensora de la posición de la artista mujer con voz propia, la fundadora, junto a Clarissa Malheiros, de La Máquina Teatro, apuntó que en su trabajo y el de la compañía, las féminas son mostradas desde una visión contemporánea, tal fue el caso de "Malinche/Malinches", que narra distintas historias sobre madres solteras, que obtuvo solicitando por mail, a numerosos contactos femeninos, un relato sobre su vida o la de alguna mujer.

Las puestas en escena bajo la dirección de Faesler han buscado mostrar el papel histórico de la mujer y evidenciar los abuso, pues en su opinión.

"A lo largo de la historia ha habido marginación y explotación, no quiero ser demasiado dura porque no es el tiempo, pero sí hay que aceptar la historia como fue, como dicen en argentina "sin olvido ni perdón" mirémonos hombre y mujeres a la cara y aceptemos como ha sido la historia en realidad y a partir de esa aceptación podremos caminar juntos", comparte Faesler.

La ópera Madame Butterfly, que a finales de 2012 montó en el Palacio de Bellas Artes, es ejemplo de su postura de hablar desde el punto de vista de las mujeres, razón por la que en esta adaptación, la protagonista se dedica a trabajar tras el abandono del ser amado en lugar de llorarle amargamente, "la gente me decía que al ponerla a trabajar le quite lo romántico y yo me pregunto a quién se le hace romántico que una mujer se mate por ti".

Si bien el trayecto no ha sido sencillo para la directora teatral, los logros han sido de gran importancia, aquel que la llena de gran satisfacción, confesó, es el ser una de las pocas mujeres que dirige ópera en el país, pues este gremio desde hace cerca de 15 años ha estado regido por el género masculino.

"Llegar a la ópera donde tienes que estar abalado por una institución y una serie de personas si fue un camino muy largo, pues la ópera es un mundo terriblemente conservador y a mucha gente le da como ansiedad que este una mujer a cargo", expresó.

Para Faesler, ganarse un lugar en los escenarios representa la oportunidad de seguir haciendo proyectos, "sentir que eres apoyada y que tienes la posibilidad de seguir con un proyecto, me da felicidad y placer, pero siempre uno está empezando y siempre exploro nuevos horizontes y territorios dentro de las artes escénicas, la cosa es estar siempre con mucho movimiento".

Otros de los logros que ha cosechado a lo largo de su carrera es la creación de la compañía Máquina de Teatro, en la que puede desarrollar aquellas propuestas de su interés e inquietudes, así como los numerosos premios y nominaciones tales como el "Julio Castillo" (1997) a Mejor dirección, y el " Héctor Azar" por Mejor teatro de grupo (2000), los cuales consideró "sirven para la egoteca, pero la mejor satisfacción es tener la oportunidad de seguir presentando mis propuestas escénicas".

Orgullosa de que su proyecto teatral sea el único en su tipo que recibe el apoyo del programa México en Escena del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), señaló que al estar en contacto con jóvenes percibe que las nuevas generaciones están más abiertas al trabajo conjunto sin importar el género.

"Ahora es diferente, hay mujeres técnicas y se van abriendo camino, es interesante ver con mucha claridad cómo se mueven las costumbres sociales, como vamos cambiado nuestra óptica y acepto que estoy viendo algo diferente a lo que me tocó (...) hay muchas mujeres y talentosas en el teatro, en escenografía, en dramaturgia y siento que vamos teniendo visibilidad poco a poco", destacó.

Asimismo, compartió que le gustaría escuchar que las nuevas generaciones de féminas tuvieran un discurso de género bien planteado, pues a menudo al no conocer la historia de la mujer caen en lo superfluo, "como que el amor y las mujeres y hombres somos lo mismo, no, no, no; primero lee tu historia, ve quién viene atrás de ti y por qué tú si puedes votar, porque sí tienes una obligación y si no por ti, por los que vienen".

Finalmente, Juliana Faesler, quien se considera continuadora de aquellas féminas que iniciaron la lucha por un lugar justo en las artes escénicas para la mujer, apuntó, que aún hay mucho que lograr respecto a la igualdad de género por lo que se debe seguir trabajando y sobre todo ser conscientes del papel que ha ocupado la mujer a lo largo de la historia.