Sonar de las campanas, "símbolo de la voz de Dios": investigador

28 de Febrero de 2013
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México, 28 Feb. (Notimex).- Todas las campanas catedralicias tañen en toque solemne cuando El Vaticano "anuncia la elección de un nuevo Pontífice. Para indicar duelo a la muerte de un papa se toca 90 veces la Campana Mayor con una frecuencia de una campanada cada tres minutos", explicó Fernando E. Rodríguez.

"Por la muerte de un cardenal la cuota es de 60 campanadas con el mismo intervalo, mientras que por la muerte de un canónigo se dan 30 campanadas.

Además se oficia una misa de Réquiem, durante la cual las campanas doblan en señal de luto", abundó.

"El 2 de noviembre se ruega por los difuntos en el día de su festividad", señala Rodríguez en un texto publicado en la revista México Desconocido.

Acerca del motivo y cuántas veces deben de repicar las campanas, precisa que "en las iglesias se suelen tocar las campanas de manera regular, a lo largo de cada jornada".

"Desde la oración del alba, entre las cuatro y cinco y media de la mañana; la denominada misa conventual, entre las ocho y media y las nueve horas; la oración de tarde, cerca de las seis, y el repique para recordar a las benditas ánimas del purgatorio, que es la última llamada de campanas del día, a las ocho de la noche".

"En los momentos culminantes del día, las campanas llaman al recogimiento y a la oración. Voces jubilosas y solemnes marcan todo tipo de acontecimiento. Los repiques de campanas pueden ser diarios o especiales", detalló.

"Entre estos últimos, los hay solemnes, festivos o de duelo. Como ejemplos de los solemnes están los del jueves de Corpus Christi, Jueves Santo, Sábado Santo y de Gloria, el toque del Domingo de Resurrección. Como toques para días festivos, tenemos el repique que se da por la paz del mundo todos los sábados a las doce del día, o sea el momento de la oración mundial", añadió.

"Otro repique tradicional es el 15 de agosto, fecha en que se celebra la fiesta titular de la Catedral Metropolitana de México, para conmemorar la Asunción de la Virgen. Otra ocasión memorable es el 8 de diciembre, que se celebra la Purísima Concepción de María", dijo.

"Tampoco podía faltar el repique del 12 de diciembre, para celebrar a la Virgen de Guadalupe. En diciembre también se realizan los toques festivos de Nochebuena, Navidad y Año Nuevo", detalló.

Rodríguez señala que "la palabra latina campanana ha sido siempre la que se empleó para nombrar el objeto con el que hoy la asociamos. Tintinábulum es un vocablo onomatopéyico que se utilizaba en los tiempos del Imperio Romano, el cual aludía al sonido que producían las campanas al repicar".

"El vocablo campana se utilizó por primera vez en un documento del siglo VI. Uno de los lugares en que estos instrumentos empezaron a utilizarse con regularidad fue una región italiana denominada Campania, de donde tal vez se tomó el nombre para identificarlas. Como sea, las campanas sirven para señalar, como indicadoras de la vida del templo, marcando las horas de las asambleas y de la naturaleza de las funciones sagradas, como símbolo de la voz de Dios".

De acuerdo con una leyenda flamenca del siglo XVIII, citada por el autor "las campanas tienen múltiples funciones: alabar a Dios, reunir al pueblo, convocar al clero, plañir a los difuntos, alejar las pestes, atajar las tempestades, cantar las fiestas, excitar a los lentos, aplacar los vientos".

"En la actualidad las campanas normalmente se funden a partir de una aleación de bronce, es decir 80 por ciento cobre, 10 por ciento estaño y 10 por ciento plomo", explicó el elespecialista.

"No pasa de ser una leyenda la creencia de que el timbre de las campanas depende de las pequeñísimas proporciones que puedan contener de oro y plata. En realidad, la sonoridad, el tono y el timbre de una campana dependen de su tamaño, su espesor, la colocación del badajo, la composición de la aleación y del proceso de fundición empleado", dio a conocer.

"Jugando con todas estas variables al igual que en las diversas combinaciones de un carrillón, puede lograrse un alto grado de musicalidad".

Las campanas de la Catedral Metropolitana de México que hoy sonarán con motivo del término del papado de Benedicto XVI, merecen una mención especial.

"En el siglo XVI, entre 1578 y 1589, los hermanos Simón y Juan Buenaventura fundieron tres campanas para la Catedral Metropolitana de México, incluyendo la Doña María, que es la más antigua de todo el conjunto. Para el siglo XVII, entre 1616 y 1684, dicha catedral se había engalanado con otras seis piezas grandes, incluyendo las famosísimas Santa María de los Ángeles y la María Santísima de Guadalupe", abundó.

El investigador destaca que "en el archivo del cabildo de la Catedral Metropolitana todavía se conserva el grabado que en 1654 se le dio al fundidor para encomendarle la manera en que debía hacerse la pieza dedicada a la Guadalupana. En el siglo XVIII, entre 1707 y 1791, se fundieron 17 campanas para la catedral de México, muchas de ellas por el maestro Salvador de la Vega, de Tacubaya".

"En la catedral de Puebla, las campanas más antiguas son del siglo XVII y fueron fundidas por diversos miembros de la familia Francisco y Diego Márquez Bello, de una distinguida dinastía de fundidores poblanos.

"Hay que recordar la tradición popular que corre en la Angelópolis: Para mujeres y campanas, las poblanas. También cuenta la leyenda que, una vez que se colocó la campana mayor de la catedral de la ciudad de Puebla, se descubrió que no tocaba; sin embargo, por la noche, un grupo de ángeles la bajaron del campanario, la repararon y la volvieron a colocar en su sitio", relató. Otros destacados fundidores fueron Antonio de Herrera y Mateo Peregrina.

El experto concluyó que en la actualidad, "hay una clara ausencia de estudios en campanología en México. Quisiéramos conocer mucho más acerca de los fundidores que trabajaron en México durante los últimos cinco siglos, las técnicas que emplearon, los modelos en los que se basaron y las inscripciones de las piezas más valiosas".

El texto indica que "sabemos de algunos fundidores que trabajaron en distintas épocas, por ejemplo en el siglo XVI estaban activos Simón y Juan Buenaventura; en el XVII trabajaron Parra y Hernán Sánchez; en el XVIII laboraban Manuel López, Juan Soriano, José Contreras, Bartolomé y Antonio Carrillo, Bartolomé Espinosa y Salvador de la Vega", finaliza el texto.