Siguen protestas por muerte de un preso palestino

25 de Febrero de 2013
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Jerusalén, 25 Feb (Notimex).- Cientos de personas volvieron a salir hoy a las calles en Cisjordania y la Franja de Gaza en el segundo día de protestas por la muerte de un preso palestino, Arafat Jaradat, en una prisión de Israel.

Jaradat, de 30 años, fue enterrado este lunes en su ciudad natal de Sair, en un funeral multitudinario al que acudieron más de 10 mil personas y en el que no faltaron las acusaciones contra Israel y las amenazas de volver a tomar las armas para liberarse de la ocupación.

Los gritos de "Lancemos la tercera Intifada" y "Venguemos a nuestros presos, venguemos a Jaradat" se entremezclaban con las oraciones religiosas por el alma del difunto y con las más conocidas de "Alá es el más grande", todo en un ambiente de completo duelo e ira por lo ocurrido.

"Lo han asesinado, lo han asesinado a sangre fría porque es lo único que saben hacer los sionistas", se quejaba una palestina durante el sepelio, que duplicó la población de Sair por la llegada de dolientes de toda la Margen Occidental.

Cerca de la ciudad de Hebrón, Sair fue hoy el epicentro de todas las miradas palestinas, porque los presos son uno de los temas más sensibles en la agenda política local.

Israel tiene en sus celdas a más de cuatro mil 500 y son "intocables" para cualquier político o ciudadano.

"Los israelíes quieren caos... No vamos a permitir que nos arrastre en él y que se meta en la vida de nuestros niños y nuestros jóvenes", dijo a los periodistas el presidente Mahmoud Abbas desde su oficina de Ramala.

Abbas rindió honores a Jaradat, símbolo estos días de la lucha por la libertad de los presos palestinos, y envió su pésame a los familiares.

Su mujer, embarazada, se desmayó en el funeral, como así también la madre.

El cuerpo sin vida del palestino fue enterrado en el cementerio local, mientras en señal de honor militantes de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa dispararon al aire durante todo el recorrido.

Los participantes respondieron con la promesa de sacrificar sus almas y su sangre "por los mártires".

En contra de lo que Israel comunicó el sábado, el ministro de Asuntos de los Prisioneros, Issa Qaraqae, anunció el domingo que los resultados de la autopsia indican que Jaradat murió torturado y no de un paro cardíaco, lo que despertó gran enojo en la población palestina.

Después de los enfrentamientos del día de ayer, varios cientos de personas se reunieron este lunes ante el campo de prisiones de Ofer, en Ramala, donde estallaron enfrentamientos con las fuerzas israelíes.

El Ejército israelí argumentó que unos 500 manifestantes lanzaron piedras y bombas incendiarias a los soldados, y quemaron neumáticos, y que sus fuerzas actuaron con medios no letales para dispersar concentraciones no autorizadas.

Como consecuencia, una docena de palestinos resultaron heridos por balas de goma e inhalación de gases.

En otras protestas tres palestinos fueron heridos en Belén por disparos desde una torre de vigilancia militar israelí cerca de Aida, entre los que se cuenta un menor de 13 años de edad que estaba herido grave por un disparo en la espalda y los piernas con fuego real, información confirmada por el Ejército israelí.

También en Tulkarem se produjeron enfrentamientos y 14 palestinos resultaron heridos levemente por balas de goma y gases lacrimógenos.

Las fuerzas israelíes dispararon gases lacrimógenos contra otros grupos de manifestantes en el campamento de refugiados de al-Arrub y en Beit Einun, en tanto que Sair quedaba cortada por las restricciones que impusieron para impedir grandes concentraciones durante el funeral.

El ministro de Seguridad Interior de Israel, Avi Dichter, expresó su preocupación de que la oleada de protestas podría provocar una nueva Intifada si los enfrentamientos como los registrados desde el sábado producían víctimas mortales.

Dichter recordó que las últimas dos intifadas se desencadenaron por el elevado número de muertos durante manifestaciones que les precedieron, por lo cual consideró que las actuales pueden ser preámbulo de una "escalada más grave".

Esta posibilidad se descarta en círculos palestinos e israelíes mientras haya anunciada una visita del presidente estadunidense Barack Obama, pero después son muchos los expertos que temen que cualquier chispa vuelva a encender este polvorín.

Obama llegará a la región a mediados de marzo con la presunta intención de relanzar la paz entre israelíes y palestinos, objetivo de máxima prioridad si la comunidad internacional no desea un deterioro de la situación.