En el sitio, conocido como La Peña, se localizan los relieves y hay quienes llegan al lugar expresamente para observarlos, aunque para los habitantes del lugar “son algo natural”, pues los han visto durante muchos años, pese a que desconocen su origen.
Don Ramiro Vázquez Gómez recorre en compañía de su hija los caminos de las rancherías de El Naranjo, donde los lugareños afirman observar luces por las noches y escuchar chasquidos, pues “es un lugar mágico y sagrado donde los ancestros indígenas practicaban los cultos de poder”.
El sitio se ubica muy cerca de la cabecera municipal, a donde llegan las personas para luego observar con detenimiento las figuras, tocar las rocas, tomar fotografías y expresar que “se trata de un sitio extraordinario”.Los enormes dibujos están en paredes de roca firme de color rojizo, y de acuerdo con Don Ramiro Vázquez “se desconoce cuándo aparecieron, ni tampoco se sabe de algún sitio arqueológico en el lugar”.
Mientras que para los lugareños el sitio es “algo normal”, hoy nadie realiza rituales, no se invoca a nada, pero a la vez, creen que ahí se invocaba a dioses y espíritus y “la señal son las serpientes”.
El lugar se encuentra entre las comunidades indígenas rurales Las Camelias y El Divisadero, y la formación rocosa conocida como la “Peña de las Serpientes” es cada vez más visitada por gente de todas partes del estado.
Sin embargo, no cuenta con ningún nombre oficial y no hay un estudio arqueológico que revele su origen, los integrantes de las colonias cercanas, como El Potrero, ven las serpientes talladas como algo propio de su entorno.
Habitantes consultados, como Vázquez Gómez no tienen mayor referencia más que la que se trasmiten de generación en generación, y las personas más longevas afirman que desde que tienen memoria La Peña ha estado en ese lugar.Los grabados son de origen desconocido; La Peña presenta una vegetación baja y arbustiva, la estructura de varios metros de altura sólo ha sido curioseada por visitantes, incluso extranjeros.
Quien llega al sitio lo que se lleva son fotografías, pero no se sabe si se trata de especialistas que realicen estudios o simplemente son turistas.
Refieren que al sitio no ha llegado personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por lo que descartan que se haya realizado estudios para conocer su origen.
Las rocas se encuentran en medio de la montaña y lo que por algún tiempo parecía perdido ahora está a la vista de todos, si bien no se revela su uso, lo más seguro es que considerando que Chiapas es territorio de médicos tradicionales, es probable que en este sitio se hayan celebrado rituales.
Vázquez Gómez cuenta que el deseo de las comunidades de la zona es que expertos o algunas instituciones como el INAH y la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, que tiene la carrera de arqueología, pudieran realizar estudios sobre el sitio.