En Tabasco lanzarán sistema sustentable para producir peces y plantas

30 de Marzo de 2015
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Villahermosa, 30 Mar (Notimex).- Un sistema acuapónico que produce a la vez peces y cultivos vegetales se pondrá en marcha en cuatro propiedades de familias en Tabasco, ya probada la sustentabilidad del proyecto experimental durante un año.

El investigador Fernando Iriarte Rodríguez indicó que el sistema es una herramienta que busca proveer de seguridad alimentaria a las familias que lo adopten, para lo cual se requiere sólo de un terreno plano que no altera el entorno.

En entrevista en las instalaciones de prueba que realizó en el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) como proyecto de doctorado en Ecología y Desarrollo Sustentable, apuntó que las especies involucradas son el pez tilapia, caracol, acocil o camarón de río y plantas comestibles.

Entre estas se encuentran frijol pelón, cebollín, ejotes, momo criollo medicinal y momo comestible (hoja santa), cilantro, albahaca, tomate cherry, chile dulce, chile habanero, lechuga o epazote.

Se trata, dijo, de un método que recicla el agua en la que se crían los peces en tinas de albercas portátiles, donde conviven con los caracoles, mismos que juegan un papel vital para estabilizar el sistema como organismos en una cadena atrófica que permita reducir la toxicidad de nutrientes en el agua.

“Sembramos la tilapia, le damos de comer alimento balanceado, produce materia orgánica que a su vez consumen los caracoles y lo demás es para hacer crecer las plantas”, detalló.

Una vez enriquecida el agua con los nutrientes se traslada por gravedad a una primera tina de depósito para oxidar la materia orgánica y convertirla en nitratos y otros fertilizantes que son absorbidos por las plantas colocadas en un serpentín de tubos de PVC, refirió.

“Al absorber las plantas estos nutrientes, limpian el agua y la vuelven viable para poderla regresar al cultivo de la tilapia mediante una bomba de bajo consumo eléctrico. Por eso no se usa mucha agua”, añadió.

El ingeniero en Acuacultura y catedrático de la División de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) explicó que las macetas a base de botellas de pet son rellenadas con grava inerte, que ayuda a fijar las plantas y permite que sus raíces busquen el agua.

Mencionó que las plantas se pueden trasplantar de un vivero o se pueden colocar semillas como en el frijol o la albahaca.

El sistema acuapónico, anotó, se encuentra validado tras un año de pruebas, por lo cual se conoce ya en qué condiciones produce, cuáles problemas se pueden presentar y cómo resolverlos, además de que se ha comparado la calidad de las plantas y sus productos.

“El sabor de las plantas y peces en ese sistema es mejor del que se cultiva en tierra o en estanques porque es un ecosistema estable. Son plantas más olorosas y sabrosas”, afirmó.

En relación con las plagas que pueden dañar los productos, expuso que no se utilizan pesticidas o agentes externos.

El sistema está cubierto con malla tanto en su periferia como por encima “y cuando hay plaga se controla con medios orgánicos, ya sea con chile molido, ajo u otro que no elimina la plaga pero la disminuye. Tratamos de tener son plantas orgánicas”.

Al ser un modelo diseñado para el traspatio familiar, Iriarte Rodríguez indicó que su misión es el autoconsumo.

De tal forma que a partir de los dos primeros meses ya puede consumirse el caracol; a los tres meses la tilapia con un tamaño estándar, y en plantas si es frijol o ejotes, en 20 o 30 días, mientras otros vegetales en dos o tres meses, abundó.

Estimó que de una tina se puede obtener 120 kilogramos de pescado, hasta 10 kilogramos de caracol y un kilogramo de camarón –utilizado para mover las raíces de las plantas- cada seis meses.

“Ya de ahí la producción es continua. Empezamos a cosechar y hasta el final”, agregó.

Las familias que recibirán los cuatro sistemas de mediados de marzo a finales del mismo mes, y que recibirán la asistencia técnica, ya fueron seleccionadas en los municipios de Centro, Nacajuca y Centla, expuso.

Los requerimientos son contar con espacio plano en su patio, una fuente de agua potable, de río o de laguna, así como electricidad, de la cual se requiere poco consumo.

De esta manera, estableció, “las familias obtienen proteínas y minerales sin necesidad de dejar de trabajar porque es un sistema autónomo a los tres meses y nos comprometemos a llevarles el sistema, capacitarlos, acompañarlos en la primera producción y de ahí ellos se encarguen”.

“Si la gente después no lo quiere, se puede retirar el sistema y el terreno queda igual, no se altera en nada”, sostuvo.

Los materiales utilizados, puntualizó, son de fácil adquisición y en conjunto para poner en marcha un sistema la inversión ronda los 30 mil pesos.

El financiamiento del proyecto y la puesta en marcha para cuatro familias, aclaró, es un cofinanciamiento entre él y Ecosur, pues se busca también valorar qué tanto impacta en la seguridad alimentaria de una familia, en su nutrición y su bolsillo.

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