Guadalajara, 23 Nov 14 (Notimex).- En tres libros quedó plasmada la riqueza cultural de pueblos de la sierra wixárika, tras el trabajo de casi 20 años que el ITESO ha emprendido con habitantes y autoridades de comunidades como San Miguel Huaixtita, San Andrés Cohamiata, Santa Catarina o Presidio de los Reyes.
El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), informó que en la Sierra Madre Occidental, a unos mil 500 metros sobre el nivel del mar, realizan proyectos educativos, artísticos y sociales.
Añadió que otras iniciativas que trabajan conjuntamente wixaritari y la universidad, son sobre los coloridos e icónicos bordados que acompañan sus vestimentas, o sobre unas casas de la cultura cuya, conceptualización y proceso de financiamiento que ya está en marcha con profesores y alumnos.
Detalló que este año publicó tres títulos: “Wixaritari wakamixa. Indumentaria wixárika”, “Tatuutsi makakwaxí. Proyecto educativo comunitario wixárika” y “Wixárika Xuiyaya. Bordado huichol”.
Resaltó que San Miguel Huaixtita es la comunidad cuyos bordados, tradiciones y hospitalidad son la esencia de una obra única “Wixárika Xuiyaya. Bordado huichol”, libro que plasma en su medio centenar de páginas el profundo significado cultural y estético que tienen los bordados para este pueblo indígena.
Puntualizó que fueron muchas las voces y manos que aportaron sus conocimientos y esfuerzos para que este ejemplar viera la luz.
Precisó que en la portada se despliega Kwixu Hutame Mamu’u, la portentosa águila bicéfala, símbolo de los dioses que vigilan y protegen a los wixaritari desde el cielo y que tiene la capacidad de ver al mismo tiempo los cinco puntos cardinales: norte, sur oriente, poniente y centro.
Afirmó que alguien tenía que darle orden a esas voces, pensar en el diseño del libro, adentrarse en el significado del inmenso catálogo de bordados wixárika que pueblan las vestimentas de hombres, mujeres y niños.
Investigar por qué en aquella blusa está un venado o en aquella falda un peyote, o de dónde surge esa explosión de colores presente en morrales, blusas o pañoletas.
Destacó que la egresada en Diseño, María José Pérez, tenía el bagaje necesario para hacerse cargo de dicha tarea, tras vivir seis meses en dicha comunidad (de enero a junio de 2013), además de impartir clases de arte y computación en su secundaria, y de compartir deliciosas tortillas de colores y chilaquiles con sus habitantes.
Además de haber participado en el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) y en procesos educativos interculturales en la sierra huichola, ligado al Programa Indígena Intercultural.
A su vez, María José Pérez indicó que ella quería “hacer algo relacionado con el diseño y entonces empecé a ver los bordados, la chaquira y los tejidos, trabajamos mucho con maestros, con la comunidad y los alumnos; es un proyecto de todos”.
Comentó que su adaptación a la comunidad fue paulatina, ya que al principio la investigación no fluía y decidió tomárselo con paciencia, se dedicó a dar clases de computación y arte, bailó, pintó, recicló, elaboró máscaras y papalotes con los niños de la secundaria y los acompañó en la elaboración de un “Diario personal”.
“Es un proceso para que te quieran contar y se abran contigo, allá tú eres la diferente, te sientes a veces como la intrusa; hay muchísima gente en la comunidad que sabe muchas cosas y tenías que ir y poco a poco para ganarte su confianza”.
Dijo que muestra cómo ha evolucionado el diseño, “porque hay modas y cada cierto tiempo cambian, además era urgente preservar el legado wixárika detrás de los bordados, el cual, por distintas razones, poco a poco se va perdiendo con el paso de los años”.
Mencionó que este proyecto era una oportunidad para comparar el proceso creativo wixárika con la metodología de los diseñadores occidentales.
Detalló que en las universidades “te enseñan a bocetar muchísimo, te dicen ‘no te cases con la primera idea, sigue ciertas reglas para combinar carreras’, y ellos al contrario, porque me decían: ‘Primero lo sueño y de ahí lo paso a la realidad”.
Precisó que trajes de niños, de mujeres y hombres; cinturones, sombreros y morrales fueron analizados por sus creadoras, por los maestros del Centro Educativo Intercultural Tatutsi Maxakwaxí y por los ancianos que atesoran y comparten el significado de los bordados.
“Yo me agarré de su cultura para diseñar el libro, no necesitas inventar nada, ahí está todo, todo está inspirado en ellos, este texto les puede servir a los diseñadores para que abran la mente, porque hay impresionantes combinaciones de colores y muchas otras formas de crear”, afirmó.
Explicó que las 50 copias del libro se dividen en apartados como: “Los wixaritari”, “Historia del bordado”, “Prendas y accesorios”, “´Ukari/Mujeres”, “´Ukitsi/Hombres”, “Semiótica del bordado” o “Prendas y accesorios”.
Resaltó que el bordado “es algo sumamente sagrado para los wixaritari, ya que a través de él recuerdan y alaban a sus dioses, incluso, las historias de los abuelos narran cómo fue que a partir de la voluntad de los personajes divinos el pueblo obtiene el don para bordar o realizar cualquier otra forma de artesanía con el fin de halagarlos”.
A su vez el coordinador del Programa Indígena Intercultural del ITESO, Óscar Hernández, indicó que “ninguno de los libros está a la venta, ya que su objetivo es fungir como material educativo para los distintos proyectos en la sierra”.
Plasman en tres libros la riqueza cultural de pueblos de sierra wixári
23
de Noviembre
de
2014
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