Querétaro, 27 Mar 15 (Notimex).- Como parte de las celebraciones de Semana Santa, el Museo Regional de Querétaro exhibe a partir de hoy su Altar de Dolores, en el que es tradición que los asistentes hagan la pregunta “¿Aquí lloró la virgen?”, y acto seguido son invitados a degustar un vaso con agua de chía.
Como cada año, el viernes anterior a la Semana Mayor se instala el Altar de Dolores en varios museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y los estados donde está más arraigada ésta tradición son San Luis Potosí, Jalisco y Querétaro.
De acuerdo con la tradición religiosa, el viernes previo se evoca a los sufrimientos de la madre de Cristo durante la pasión y muerte de su hijo.
Se le llama la Señora de los Siete Dolores, dado que María pasó por siete sufrimientos distintos: el primero fue la profecía del anciano Simeón, quien la llamó Madre de los Dolores al anunciarle que una daga le atravesaría el corazón; el segundo fue la angustia que padeció en la huida y permanencia en Egipto.
El tercero fue cuando se perdió Jesús niño en el templo; el cuarto cuando encontró a su hijo llevando la cruz a cuestas; el quinto cuando lo asistió en la agonía; el sexto cuando recibió en sus brazos el cuerpo de su hijo muerto, y el séptimo dolor fue la sepultura del hijo de Dios.
Durante la Nueva España los altares de Dolores eran visitados por vecinos y familiares que, al terminar la visita, hacían la obligada pregunta: “¿Aquí lloró la Virgen?”, y los anfitriones en respuesta obsequiaban aguas frescas de sabores.
Esta tradición tomó una particularidad en el Museo Regional de Querétaro, donde se mezcló el agua de naranja agria, sembrada en patios familiares, con vino tinto y chía, para deleite de los visitantes, misma que hasta la fecha se ofrece.
En Querétaro los preparativos se llevaban a cabo con semanas de anticipación, cuando se prepara el trigo haciéndolo germinar en recipientes de distintas formas y tamaños: Corazones, estrellas, triángulos o simplemente en latas de sardinas.
Dicho cereal germina en pleno Sol o en la oscuridad y sus tonos varían desde un verde bandera hasta un amarillo limón, para adquirir las distintas tonalidades de verdes, que darían color al altar de la virgen.
Así, la semilla después de haber muerto germinaba para multiplicar sus frutos, y representa el cuerpo de Cristo hecho pan.
El Altar de Dolores está formado por una estructura piramidal, a semejanza de la escalera con la que Jesús fue bajado de la cruz, y es presidido por una virgen Dolorosa.
Tradicionalmente, el altar se debe elaborar en tres niveles recordando las tres caídas de Cristo en el Vía Crucis, lo cual puede variar en cada región del país.
Los colores predominantes en el altar son el morado y el negro, pues estas tonalidades simbolizan penitencia y luto para la Iglesia.
En los altares tradicionales se acostumbra sembrar en pequeñas macetas semillas como cebada, chía, alpiste, trigo o amaranto semanas antes del montaje, para que las plantas recién nacidas formen parte del altar. De igual forma se colocan cirios en grandes candeleros.
El agua de colores, con sabores de jamaica, tamarindo, horchata y chía, representa las lágrimas de la virgen derramadas en la pasión, y las naranjas agrias, adornadas con banderitas de papel picado, señalan el triunfo de Jesús sobre la muerte y el pecado, y con sus festivos colores mitigan los sufrimientos de María.
Las flores y aves canoras simbolizan la solidaridad y el consuelo que los fieles brindan a la Virgen Dolorosa; las velas ejemplifican la luz que representa Cristo, el que ilumina el camino, y se suelen poner detrás de los recipientes con las aguas para que al encenderse creen un efecto de luz de colores.
El Altar de Dolores instalado en el Museo Regional de Querétaro constituye un objeto de arte, con la justificación de conservar los elementos históricos y tradicionales del país, que al final tiene como propósito un recinto de este orden.
Varios artistas han interpretado su propia versión de esta tradición católica, en la cual deja en evidencia el sufrimiento de la virgen por su hijo; simplemente adaptándolo a una sociedad moderna, con nuevas complicaciones, pero buscando conservar sus costumbres.
Altar de Dolores lucen por Semana Santa en Museo Regional de Querétaro
27
de Marzo
de
2015
Comentarios
Guardar