Con el tema central “Alimentar al planeta. Energía para la vida”, la Expo Milán 2015 es el mayor evento dedicado a la alimentación realizado hasta ahora en el mundo, cuenta con la participación de 145 países y espera, durante los seis meses de su duración, la visita de entre 50 y 70 jefes de Estado y de gobierno.
Instalada en un espacio de mil 100 kilómetros cuadrados en el municipio de Rho, a unos 15 kilómetros del centro de Milán, la Expo será la vitrina en la que los países mostrarán lo mejor de sus tecnologías para dar una respuesta concreta a una exigencia vital: garantizar alimentos sanos, seguros y suficientes para todos los pueblos.
El objetivo declarado del gobierno es también que la Expo sea el escaparate en el cual mostrar al mundo la capacidad de recuperación, reinvención y renacimiento de Italia, aunque las protestas del 1 de mayo dejaron ver que existe una franja crítica que considera al evento como “un fraude” y “un desperdicio de dinero”.
Convocadas por colectivos estudiantiles, centros sociales (que reúnen a jóvenes de ultraizquierda) y organizaciones de filiación anarquista, las protestas causaron destrozos en el centro de Milán y fueron condenadas por la mayoría de sus habitantes.Los contestarios, sin embargo, criticaron los costos exorbitantes del evento en un contexto de crisis económica, el que la zona de su realización haya sido “invadida por el cemento” o la “bendición” de las grandes multinacionales de la alimentación y de la “fast food”, como Coca Cola o MacDonald's.
En las pancartas de las manifestaciones se podían leer consignas como “Yo no trabajo gratis para la Expo”, en relación a los miles de jóvenes reclutados para laborar en el evento, o “Contra la Expo y la austeridad”.
“Tenemos que huir del alarmismo y centrarnos en el éxito de una Exposición Universal que servirá para sacar a Italia de la crisis”, dijo el alcalde milanés, Giuliano Pisapia, mientras el primer ministro, Matteo Renzi, declaró triunfante: “Italia viste de belleza y de orgullo frente al mundo”.
Según el comisario extraordinario para la Expo, Giuseppe Sala, hasta el 2 de mayo se habían vendido 11 millones de boletos de entrada, un récord inesperado.
Dijo que el segundo día la Expo fue visitada por 220 mil personas, una cifra superior en al menos 10 por ciento a la de la jornada de la inauguración.
Datos de la Cámara de Comercio de Monza y Brianza (dos ciudades aledañas a Milán) señalaron que el primer fin de semana de la Expo se tradujo en ingresos por 30 millones de euros de actividades económicas derivadas.
En particular, las cifras señalaron que en dos días hubo 12 millones de euros extra en bares y restaurantes de la zona, mientras que a los hoteles fueron 1.6 millones, al “shopping” llegaron otros 7.5 millones y a los transportes 2.2 millones de euros.
La apuesta es que más de 20 millones de personas, entre ellos unos ocho millones de extranjeros, visiten la Expo durante sus seis meses de duración y asistan a los más de 23 mil eventos colaterales previstos.
Un estudio elaborado por la Universidad Bocconi de Milán por encargo de la Expo estimó que la producción añadida determinada por el evento en la economía italiana en el periodo 2011-2020 llegará a unos 69 mil millones de euros.
En particular señaló que los impactos económicos están relacionados con cinco ámbitos principales que contribuyen, en manera distinta, a la activación del valor añadido total.
Esos sectores son: infraestructuras (que contribuirá con el 74.5 por ciento del impacto total); costos de manejo del evento (con el 3.8 por ciento); participación de los diversos países (1.9 por ciento); actividad turística (16.5 por ciento) y atracción de inversión extranjera directa (3.3 por ciento).
Según Piero Galli, director general de la Event Management Division Expo Milán 2015, el costo de la exposición asciende a mil 300 millones de euros y los costos operativos suman 800 millones, de los cuales el 50 por ciento aproximadamente será cubierto por los boletos de ingreso y el resto por patrocinadores y socios privados.
Asimismo, confirmó que los países participantes han invertido mil millones de euros, mientras se esperan ingresos turísticos por cinco mil millones de euros.
De las 145 naciones presentes en la Expo, 54 cuentan con pabellón propio y los más costosos han sido los de Emiratos Arabes (72 millones de euros) y China (60 millones de euros).