Reconoce Napolitano que la mafia chantajeaba al Estado Italiano

31 de Octubre de 2014
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Roma, 31 Oct (Notimex).- Con los atentados cometidos a inicios de los años 1990 la mafia chantajeaba al Estado italiano y buscaba desestabilizar el sistema, reconoció el presidente Giorgio Napolitano, al ser interrogado ante una fiscalía.

La transcripción de las declaraciones del mandatario a los magistrados, como parte de la indagatoria por una presunta negociación de las instituciones con la organización criminal, fue publicada este viernes como el propio Napolitano había pedido en aras de la transparencia y la verdad.

El jefe de Estado fue interrogado durante más de tres horas en el Palacio del Quirinale, sede de la presidencia de la república, en una comparecencia que estuvo cerrada a los medios.

En la transcripción, de 86 páginas, se citan las palabras textuales de Napolitano, según la cual Cosa Nostra (la mafia siciliana) quería chantajear y desestabilizar a todo el sistema con la ola de atentados lanzada a inicios de los años 1990.

Era “un chantaje o hasta una presión con el objetivo de desestabilizar a todo el sistema, probablemente con la presunción de que habría habido reacciones de desbandada de la autoridad del Estado, de las fuerzas del Estado”, dijo.

El interrogatorio estuvo basado en una carta que en 2012 le envió su entonces consejero jurídico, Loris D’Ambrosio, (fallecido ese año) en la que reveló sus temores de haber sido “ingenuo escribano de acuerdos indecibles” a inicios de los años 1990, cuando habría tenido lugar la negociación de representantes de las instituciones con la mafia.

En su respuesta sobre esa misiva, el presidente dijo que D’Ambrosio le escribió “animado por espíritu de verdad” y asediado por la prensa luego de que se publicaran sus conversaciones telefónicas con el senador Nicola Mancino, quien pedía detener la indagación de los jueces sobre el presunto pacto con la mafia.

Mancino, quien es imputado por falsedad de declaraciones, fue ministro del Interior entre 1992 y 1994, justamente cuando Cosa Nostra lanzó su campaña terrorista.

Según Napolitano, D’Ambrosio no le hizo “confidencias específicas” sobre acuerdos con Cosa Nostra cuando fue comisario para el combate al crimen organizado del Ministerio de Justicia entre 1989 y 1992.

“No mantenía ni con el doctor D’Ambrosio, ni con nadie más conversaciones a rueda libre o reconstrucciones sobre nuestras experiencias pasadas”, señaló el mandatario, que a inicios de los noventa era presidente de la Cámara de diputados.

Napolitano también dijo que el asesinato del juez antimafia Paolo Borsellino en julio de 1992 en un cruento atentado con coche bomba en Palermo, la capital siciliana, “representó un golpe de acelerador decisivo” para que el Parlamento convirtiera en ley un decreto que endureció el régimen carcelario para los mafiosos.

Borsellino y sus guardaespaldas fueron asesinados sólo dos meses después que el también juez antimafia Giovanni Falcone, su esposa, la magistrada Francesca Morvillo y sus escoltas murieran en otro atentado con coche bomba a las afueras de Palermo.

Asimismo, Napolitano dijo que los atentados que causaron decenas de muertos y heridos, así como daños incalculables al patrimonio artístico en las ciudades de Roma, Milán y Florencia en 1993 fueron parte de la estrategia del ala más agresiva de la mafia, en particular de los corleoneses.

El objetivo, añadió, era obligar al Estado a suavizar las medidas de detención en la cárcel de los mafiosos y la desestabilización político-institucional del país.

También reconoció que fue real el riesgo de un golpe de Estado. “En ese sentido lo que ocurría podía inducir a hablar de un intento o de un riesgo de golpe de Estado, pero no tengo otra cosa que decir”, señaló.

En los años 1990 Cosa Nostra lanzó la más violenta ofensiva de su historia contra el Estado para exigir la suavización de las sentencias del llamado “maxi proceso”, celebrado entre 1986 y 1992, en el que casi 400 mafiosos fueron condenados a penas que en total sumaron dos mil 665 años de prisión.