Ángel Mota rescata personajes y hechos históricos de Sor Juana

04 de Marzo de 2015
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México, 4 Mar (Notimex).- Porque es parte de nuestra historia, de lo que nos dio origen y se ha olvidado, de lo que hemos dejado de lado aunque es esencial para entender quiénes somos, y para tener más seguridad como mexicanos, por todo ello, es importante leer “La confesión en el paraíso”, aseguró su autor, Ángel Mota (Ciudad de México, 1970).

Radicado en Montreal, Canadá, desde 1992, y ahora de visita para promocionar su libro, Mota comentó a Notimex que leer esa novela histórica puede dar al público “el orgullo de ser mexicano, porque se sitúa en una época en la que éramos la envidia de Europa, pues los viajeros comparaban a México con Roma y Venecia”.

Recordó que lo que en la actualidad se conoce como el Centro Histórico de la Ciudad de México “es la mitad de lo que era antes, con canales, calles más amplias que en España, mientras Madrid se estaba muriendo de hambre, aquí las sirvientas, las esclavas, lucían joyas y vestidos de seda; teníamos las Islas Filipinas, Centroamérica y un gran imperio”.

Según el autor y su libro situado en la Ciudad de México en 1680, “México vivía un periodo de equilibrio económico, de fogueo cultural impresionante donde no teníamos que pedirle nada a Europa, pues todo lo teníamos aquí. A veces nos sentimos tristes por lo que sucede en México hoy y vemos al extranjero; pero debemos estar orgullosos”, dijo.

Orgullosos de qué?, “de los palacios y ex conventos como el Templo de Jesús Nazareno donde están enterrado Moctezuma y Hernán Cortés que es patrimonio universal porque la historia de México ya es universal”, respondió el entrevistado, cuyo objetivo es “mostrar ese periodo colonial un poco perdido y dejado de la mano de la literatura”.

“La confesión en el paraíso” es la primera entrega de una trilogía homónima, la segunda parte aparecerá en 2016 y la última en 2017. En el texto inicial, el padre Domingo Pérez de Barcia, acosado en su locura por espíritus y seres del averno, confiesa las razones de un delito que cometió. Es la Ciudad de México y corre el año de 1680.

“Inicia el poder de los marqueses de La Laguna como virreyes de la Nueva España. La condesa de Paredes, flamante virreina, en su sed de crear un nuevo Parnaso a imagen de la España del Siglo de Oro, llama a su corte a Verónica Aceves de Avila, joven noble, quien, en busca de su libertad y sexualidad, se convierte en proyección de la juventud de la virreina”.

Con eso, destacó Ángel Mota, doctorado en literatura comparada en la Universidad de Montreal, “entra a un triángulo amoroso, en donde se ve en conflicto con el poder eclesiástico y con la Corona, y como testigo de la relación intelectual y amor platónico de su ama con una de las más importantes escritoras del siglo XVII, Sor Juana Inés de la Cruz”.

De esa forma, dijo el autor, “se trata de una suerte de mosaico barroco, pues la novela es narrada con suspenso y humor, y es compenetrada en la efervescencia poética propia de la época, con lo que sumerge al público lector en esa Ciudad de México, haciéndolo imaginar y recrear un pasado ya extinto”, concluyó el también editor y poeta mexicano.

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