Tchaikovsky y Curiel serán evocados por Sinfónica de San Luis Potosí

03 de Marzo de 2015
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México, 3 Mar (Notimex).- Obras emblemáticas de los compositores Pyotr Ilyich Tchaikovsky (1840-1893) y Gonzalo Curiel (1904-1958) serán evocadas por la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí (OSSLP), bajo la dirección de José Miramontes, el próximo 14 de marzo en el Palacio de Bellas Artes.

En el repertorio destaca el “Concierto para piano”, de Gonzalo Curiel, el cual se interpretó por última vez en Bellas Artes hace casi 64 años, explicó Miramontes en entrevista con Notimex.

Recordó que la obra de Curiel se estrenó en 1951 en al XEW, con la participación del propio Curiel y el maestro Edmundo Macías, pero meses después se tocó en Bellas Artes, pero luego la partitura se extravió y se encomendó al compositor Arturo Rodríguez su restauración.

También señaló que “Sinfonía 4 en fa menor”, de Tchaikovsky, es uno de los monumentos más importantes de la historia orquestal, es una sinfonía espectacular y sincera, llena de vitalidad y llena de búsqueda de explicación de la existencia.

“Esta pieza contiene una calidad musical que le queda muy bien a la agrupación orquestal que entiende muy bien el lenguaje de Tchaikovsky a la hora de ejecutarlo”, expresó.

Indicó que es la agrupación cumple las exigencias virtuosas de la partitura, por lo que este concierto dará la oportunidad de mostrar el virtuosismo de la orquesta y la calidad artística de la ejecución.

Reconoció que el reto de la obra de Tchaikovsky es la resistencia física, “es una sinfonía que tiene una exigencia motora, muscular y de alta resistencia, las velocidades y el régimen dramático de la obra otorga un desgaste muscular desde el primer movimiento”, afirmó Miramontes.

Por lo anterior, abundó, cuando se llega al cuarto movimiento, es evidente el agotamiento, “es una obra con mucha fuerza dramatúrgica, que la convierte en una belleza inigualable con el uso de la música rusa popular”.

Finalmente, el director de la OSSLP destacó la participación del pianista Rodolfo Ritter, a quien consideró un músico “con una entrega incondicional que le gusta resolver las cosas conforme lo exige el compositor y un concierto”.

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