En exposición Rolando López critica el legado de los Guggenheim

28 de Enero de 2015
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México, 28 Ene (Notimex).- El artista Rolando López plantea en su exposición “Museo Guggenheim Aguascalientes”, un recinto utópico que materializa la posibilidad de crear un museo sucio, nocivo, que en lugar de erigirse, se hunde.

La muestra, que permanece en exhibición hasta el 20 de marzo en la Casa del Tiempo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), da cuenta de las repercusiones que dejó la Gran Fundición Central Mexicana (1894-1924), una fundidora establecida por Salomón Robert Guggenheim (1885-1959) en Aguascalientes, durante el Porfiriato.

En declaraciones al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el curador de la muestra, Edgar Alejandro Hernández, aseguró que con esta exposición se habla de los Guggenheim y su presencia en el país.

Además, abundó, se saca a la luz el “nocivo legado” que el coleccionista y filántropo estadounidense dejó en México, pero revestido en el mismo halo que hoy define a la maquinaria cultural y financiera que la firma Guggenheim Foundation ha logrado imponer desde mediados del siglo XX, a través de su franquicia de museos que operan diversas partes del mundo.

El curador mencionó que la muestra también hace referencias temporales muy formales, elementos que permite reescribir la historia, “eso busca un poco la exposición: reescribir la historia de los Guggenheim en México a partir de este legado de porquería que dejaron”, expuso.

A través de las obras, el artista hace una crítica a la noción de lo que significa un museo, pero no desmontando el concepto de museo, sino abusando de él para generar una postura crítica.

La exposición “Museo Guggenheim Aguascalientes” está divida en dos partes, la primera presenta una vista general de la fundición en los tiempos del Porfiriato.

Mientras que la segunda exhibe lo que desarrolló el artista Rolando López en el Cerro de la Grasa, un contaminado depósito de desperdicios que conforman una pesada masa oscura compuesta por millones de piedras negras que han permanecido amontonadas durante más de un siglo, herencia que dejó la Gran Fundición Central Mexicana.

En ese sentido, Rolando López explicó que su exposición se sostiene en dos ejes: el arquitectónico, donde se proyecta un museo utópico, y un museo sucediendo, donde se generan procesos de comunidad con habitantes del lugar.

Finalmente, el diseñador gráfico dijo que la exposición es dirigida a todos los mexicanos que quieran conocer su historia y la consecuencia de ésta, así como las posibilidades de reconocerse como sujetos capaces de reconstruirse a sí mismos para un mejor futuro.

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