El dramaturgo Eugène Ionesco sentó las bases del teatro de lo absurdo

25 de Noviembre de 2014
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México, 25 Nov (Notimex).- El dramaturgo francés de origen rumano Eugène Ionesco, a 105 años de su llegada al mundo, que se cumplen mañana, es considerado uno de los autores del arte escénico más importantes del siglo XX.

Inspiró una revolución en las técnicas dramáticas y ayudó a inaugurar el teatro del absurdo del cual fue, junto con Samuel Beckett (1906 – 1989), uno de los más distinguidos representantes.

Nació el 26 de noviembre de 1909 en Slatina, Rumania, en un hogar de padre rumano y madre francesa, sin embargo su infancia transcurrió en París, Francia.

Muchas fuentes registran su nacimiento en 1912, error que se debe a la vanidad del autor, quien en los años 50 decidió “quitarse” tres años de vida después de leer la reseña del crítico francés Jacques Lemarchand (1908-1974), quien saludaba a una nueva generación de jóvenes escritores, entre ellos Ionesco y Beckett, relata la página web “ionesco.org”

Luego de pasar sus primeros años en París, el pequeño Eugéne regresó a los 13 años a Rumania, donde realizó estudios y trabajos diversos. Ahí estudió literatura francesa en la Universidad de Bucarest y permaneció hasta 1938, cuando regresó a París, de acuerdo con información difundida por la Real Academia Francesa en su sitio “academie-francaise.fr”.

En esos año en Rumania inició su actividad periodística en diversos medios y provocó, en 1934, un fuerte escándalo por su ataque sarcástico a los valores literarios establecidos, de acuerdo con el sitio web “biografíasyvidas.com”

El estallido de la guerra lo obligó a regresar a Rumania pero en 1942 volvió a Francia (Marsella), donde se estableció permanentemente.

En mayo de 1950, Ionesco presentó su obra “La cantante calva” en el Théâtre des Noctambules de París, bajo la dirección de Nicolas Bataille (1926-2008).

Dicha propuesta escénica estuvo lejos de ser un éxito. Solamente un puñado de intelectuales la apreció y la apoyó. Sin embargo, le granjeó la amistad de intelectuales como André Breton (1896-1966), Luis Buñuel (1900-1983), Arthur Adamov (1908-1970) y Mircea Eliade (1907-1986).

En sus obras se expone la ridícula existencia humana y la incapacidad de comunicación entre las personas. Su pesimismo es la base del teatro del absurdo, movimiento teatral que lamenta la falta de sentido de la condición humana.

Esa misma técnica fue utilizada por el dramaturgo frances en el resto de sus obras. Ejemplo de ello son: “La lección” (1950), “Las sillas” (1952), ”Amadeo o cómo salir del paso” (1953), “El nuevo inquilino” (1956), “La sed y el hambre” (1964) y “El rey se muere” (1962).

Su obra más conocida es “El rinoceronte” (1959), la cual narra la historia de los habitantes de una ciudad quienes se transforman en rinocerontes.

En ese periodo creativo, además escribió abundantes textos sobre teatro, libros de memorias y una novela, “El solitario” (1974).

En 1969, el autor recibió el gran premio de las Letras de Mónaco y el 22 de enero de 1970 fue elegido miembro de la Academia de Francia para ocupar el lugar de Jean Paulhan (1884-1968). Ese mismo año se le otorgó el Gran Premio Austriaco de la Literatura Europea.

Eugène Ionesco falleció en París el 28 de marzo de 1994 y sus restos fueron enterrados en el cementerio de Montparnasse.

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