México, 31 Oct (Notimex).- "Barba empapada en sangre", de Daniel Galera, es una novela de ficción de 408 páginas donde antes de suicidarse, un hombre le cuenta a su hijo la verdad sobre su abuelo, o por lo menos la verdad como él la conoce: Fue asesinado por los aldeanos de un pequeño pueblo llamado Garopaba, durante un baile dominical.
La luz se apagó de repente, y cuando volvió, el gaucho ya estaba tumbado en medio del salón, rodeado de un charco de sangre. Ante la necesidad imperiosa de descubrir toda la verdad, el protagonista viaja hasta Garopaba junto al viejo perro que dejó su padre, y allí empieza una nueva vida. Inicia una relación sentimental y empieza a indagar el caso.
Pero la información no llega tan fácilmente, y menos por su rara condición neurológica: No reconoce la cara de las personas con las que ya se ha topado. Además, refiere luego la novela, ganadora del prestigioso Premio São Paulo de Literatura, la gente que conoció a su abuelo teme hablar sobre lo sucedido. Se trata de una historia cargada de tensión.
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"A todos nos falta algo. Antología del cuento croata", es una compilación extraordinaria hecha por Roman Simic Bodrozic, quien advierte al lector que la guerra, en la mayor parte de los cuentos seleccionados en este libro, aunque sea en trazos es parte integral de la paz, aunque subraya que aquí se advierte una diferente postura dominante de los 90.
En esos años, señala, había una posición que sobresalía casi uniformemente, en cambio, los escritores ahora tienen la libertad de darle la espalda, y de esa forma, el denominador común ya no existe. Esa es una reflexión del compilador que el lector observador puede compartir desde la lectura de los primeros textos que están antologados en esta entrega.
Sean largos o cortos, sea su intención hacer reír o pensar al lector, siempre sin importar la tradición en la que se apoyen o adonde apunten sus cuentos, los autores seleccionados en la antología son maestros de la forma corta, rostros que convertirán esta foto grupal en una imagen bonita y convincente de la literatura croata del comienzo del nuevo milenio.
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"Metales pesados", del escritor zacatecano Tryno Maldonado, hace ver que el linaje de los personajes que habitan sus páginas viene de ninguna parte. Son perdedores, seres que cuentan su historia desde los márgenes de un país que destruye a los más débiles y a los más fuertes. Mineros, obreros, desempleados, embaucadores, inválidos y ex presidiarios.
Los parajes de este libro son hostiles. Las salvajes llanuras del altiplano agobiadas por la violencia, en las que se realizan carreras clandestinas de caballos, son contadas desde la óptica de un niño. Habla de una zona inhóspita en donde una pareja ve sus últimos días de relación, así como de la insurgencia civil urbana que atrae al turismo revolucionario.
Los cinco relatos ofrecen una mirada honda y crítica de la sociedad actual y rastrean de modo agudo las maneras en que los mexicanos se asumen frente al extranjero, pero sobre todo, se asoma a las profundidades de las minas de oro y plata a las que muy pocos han logrado descender y volver para contarlo. Todo, con el estilo y lenguaje de Maldonado
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"Como sombras y sueños", de Luis Zapata, refiere en sus 220 páginas que otra vez, inesperada pero siempre temida, llega la depresión a la vida de "Orlando Barreto". Los primeros días, quizá semanas, sólo se manifiesta por medio de un ligero cansancio que no llega a ser alarmante: Tiene más ganas de dormir, y toma pequeñas y reparadoras siestas.
Se dice que está recuperándose de la anterior temporada en que anduvo activo, entusiasta, acaso eufórico. Así es esto de la energía, se dice; es normal, son rachas, no se puede estar todo el tiempo arriba. Pero la verdad es que el sueño a veces se vuelve inoportuno, y en medio de todo eso, cabecea incluso cuando se sienta a la mesa para ingerir sus alimentos.
Mientras se movía, todo estaba bien, pero bastaba con que se sentara en una silla, en el asiento de un coche (afortunadamente él no maneja), en el sillón de una sala en una fiesta, para que el sueño se apoderara de él, como si tuviera narcolepsia. Luego, la necesidad de sueño aumentó, ya no eran suficientes las pequeñas siestas y los cabeceos. ¿Qué pasaba?
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"No entiendo a las mujeres", de Gina Zabludovsky Kuper, es calificado por sus editores como "un libro polémico, como lo muestran los prólogos que acompañan esta edición; antes de publicarse causó controversia. Sus cuentos y microrrelatos son considerados transgresores por algunas de las conciencias judeo-cristianas más tradicionales.
En el primero de los cinco capítulos de este libro, "... Y se hizo la luz", se recupera el carácter literario de la Biblia y los textos del imaginario hebreo para volverlos profanos; En el segundo, "Recreaciones", los poemas, imágenes y letras de canciones, de grandes como Borges, Lennon, Machado y Picasso adquieren nuevos matices y significados.
En las otras tres secciones la autora vuelca la prosa poética hacia diferentes rutas, al lugar donde habita, en "Pater terra"; a lo divertido, en "Palabras, palabras, palabras", y a lo introspectivo en "Mujer frente al espejo". El libro brinda una multiplicidad de lecturas, una, irreverente; otra, gráfica; hay una intertextual; alguna lúdica, y hasta la hay reflexiva.