Arqueólogo Sergio Gómez explica proceso del proyecto Tlalocan

30 de Octubre de 2014
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México, 30 Oct (Notimex).- La apertura de un tiro debido a las fuertes lluvias de la temporada, en 2003, fue el inicio de lo que sería uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años en la Zona Arqueológica de Teotihuacan.

Frente a las escalinatas de la plataforma inicial del Templo de la Serpiente Emplumada, explicó este día el arqueólogo Sergio Gómez Chávez, responsable del proyecto Tlalocan, que hizo el descubrimiento anunciado ayer, se abrió un hueco de 83 centímetros de diámetro.

Al participar en el Simposio Resultados Preliminares de las Investigaciones del Proyecto Tlalocan. Camino bajo la tierra en Teotihuacan, en el Museo Nacional de Antropología, añadió que dicho tiro tenía una profundidad de 13 metros.

De esta manera, dijo, inició uno de los más fascinantes trabajos arqueológicos que, como se explicó la víspera, descubrió un túnel de 18 metros de largo y en cuyos interiores se halló una riqueza arqueológica de 50 mil piezas que revelarán más sobre esta civilización prehispánica.

Al descender atado a una cuerda por dicho tiro, continuó en su explicación apoyado por imágenes proyectadas, observó a través de un pequeño hueco la existencia de un túnel que se dirigía por un lado hacia el Templo de la Serpiente Emplumada y por el otro hacia el centro de la gran Explanada.

Todo el conducto se encontraba bloqueado por un gran relleno de grandes piedras y tierra que les impedía entrar, anotó al indicar que en tanto concluyeron los trabajos de conservación prepararon el protocolo de investigación y buscaron los recursos económicos para llevar adelante el Proyecto Tlalocan.

En 2009, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) les autorizó los recursos económicos y comenzaron la exploración del Inframundo con un equipo de arqueólogos y cerca de 27 trabajadores manuales.

Juntos han trabajado durante seis temporadas y casi cinco años y medio de trabajos continuos, han pasado muchas horas en la penumbra o el calor intenso del camino subterráneo, señaló el arqueólogo.

Tras indicar que el próximo periodo de trabajo iniciará a principios de 2015, destacó que con los hallazgos se fortalece la hipótesis de que la Ciudadela de Teotihuacán no había sido la sede del poder político y militar.

Tampoco era el palacio del gobernante, ni un lugar de acceso restringido, como se había propuesto en tesis anteriores: "La Ciudadela, desde nuestro punto de vista, había sido un santuario, concebido y construido para reactualizar periódicamente el mito de la creación original.

"También ésta debió de haber sido un espacio público preparado para dar cabida a miles de personas y utilizado con fines políticos", abundó Gómez Chávez.

Expuso que a lo largo del túnel localizaron un total de 18 muros construidos con bloque de tepetate, aplanado exterior y se tienen indicios de que fueron construidos de adentro hacia fuera; algunos tienen más de tres metros de ancho y debieron bloquear la cavidad.

El director del Proyecto Tlalocan refirió que en el espacio entre un muro y otro se depositaron diferentes ofrendas conforme avanzó la construcción, las cuales se componen de materiales diversos y variados , incluyendo algunos importados de lugares lejanos, como el jade.

También contienen esos arreglos enormes caracoles marinos, petates y otros artículos, para un total de más de 50 mil piezas las que han sido recuperadas, y las que incluye muestras de piel, que podría ser humana pero se investiga para corroborar, acotó.

"No tenemos ninguna duda, confirmamos y estamos seguros de que el túnel es una representación metafórica del Inframundo. Además, a 65 metros desde la entrada localizamos dos pequeñas cámaras, una al norte y otra al sur, que seguramente servían como lugares de preparación espiritual", abundó.

La gran cantidad de agua que durante siglos se mantuvo en ese espacio, permitió que se conservaran en buenas condiciones los diferentes material orgánicos, casi cuatro mil objetos de madera y miles de semillas de diferentes especies vegetales, detalló.

Las últimas "son indicativos de las especies utilizadas para los rituales desarrollados al interior del túnel", finalizó el arqueólogo.

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