Cine digital, el más difícil de conservar en el tiempo

28 de Octubre de 2014
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México, 28 Oct (Notimex).- En años recientes el cine digital ha desplazado al analógico pues resulta más económico y práctico rodar, además de que las salas comerciales y hasta la Cineteca Nacional proyectan la mayoría de sus funciones en ese formato más moderno.

Pero si autores, productores, empresarios y autoridades quieren que las obras en formato digital perduren a través del tiempo para ser admiradas por futuras generaciones, deberán ser especialmente cuidadosos desde hoy, pues los materiales son los más frágiles de la historia del cine.

En ello coinciden especialistas entrevistados por Notimex, con motivo del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual.

Los expertos en preservar el patrimonio se llaman “conservadores”, su profesión es una ciencia que abarca varias especialidades y ramas, entre ellas la de conservar el material audiovisual de cine y en general.

“Mi trabajo consiste en resguardar y custodiar los diversos materiales que llegan a la Cineteca en sus diferentes soportes: fílmico, videográfico (digital), iconográfico y algunas pieza de colecciones especiales. Todo lo relacionado con el patrimonio cinematográfico”, detalla el subdirector de Preservación de Acervos de la Cineteca Nacional, Édgar Torres.

El especialista reconoce que su gremio se encuentra en la disyuntiva de qué hacer para conservar el cine digital, pues su almacenamiento y cuidado resultan sumamente costosos, más que el material analógico.

En ello coincide Fernando Osorio, miembro del comité mexicano para el Programa Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones unidas (ONU).

En entrevista por separado declaró que en general, conservar en óptimas condiciones los materiales gráfico, sonoro o audiovisual es complicado y costoso, pues se requiere de constante renovación tecnológica y personal especializado.

Estima que a nivel mundial sólo se conserva entre 12 y 15 por ciento de toda la producción audiovisual, que incluye, películas, videos y otros productos.

Torres Pérez explicó que hoy en día la producción cinematográfica se hace en todos los estados, con cámaras desde celular, SLR, compactas, profesionales y hay quien sigue trabajando en formatos tradicionales; la diversidad es tan gigantesca que no se puede medir con exactitud; “quisiéramos conservar todo, pero es imposible”, lamentó.

Agregó que si bien es un trabajo complicado, a nivel mundial la conservación de películas analógicas está bien estudiada y relativamente dominada, pues se requiere básicamente controlar la temperatura, la humedad y evitar el polvo.

Aunque no es fácil, actualmente las bóvedas del acervo de la Cineteca tienen sistemas de enfriamiento y control de humedad; el edificio completo que las alberga incluso sigue cubierto de un papel especial que se colocó durante los trabajos de remodelación, con el fin de evitar que el polvo entrara.

“El soporte de las películas digitales es más delicado porque, igual que en el cine tradicional, es una cinta de acetato o poliéster pero mucho más delgada. Otra gran complejidad es el magnetismo, las cargas magnéticas afectan terriblemente al video”, asegura Torres.

De acuerdo con el funcionario de la Cineteca, una simple bocina, un flujo de corriente eléctrica detrás de la pared o alguna antena de gran tamaño en los alrededores pueden dañar, sin que nos demos cuenta, cualquiera de los formatos en que se almacena, incluyendo el HD-Cam.

Ello complica la tarea de los conservadores de cine, pues la producción de películas digitales ha ganado terreno y la digitalización de los archivos analógicos es una tendencia global, en la que la propia Cineteca ya trabaja.

Las exhibidoras de cine más grandes del país prácticamente han abandonado el cine analógico: Cinépolis al cien por ciento, mientras que a principios de 2014 Cinemex ya tenía 75 por ciento de sus salas digitales con la intención de completar la transición este año.

La propia Cineteca ha tenido una transición acelerada. Apenas en 2011 exhibía 90 por ciento de sus películas en formato analógico, pero en la Muestra Internacional de Cine de 2013 fue al revés: 90 por ciento de las proyecciones fueron digitales y sólo 10 por ciento, analógicas.

De acuerdo con el subdirector de Preservación de Acervos, durante 2013 ingresaron aproximadamente 80 materiales analógicos cada mes al acervo de la Cineteca, mientras que en formato digital fueron aproximadamente de 800 mensuales.

Ante este panorama, los conservadores del cine recomiendan a los creadores y distribuidores poner a resguardo sus materiales originales, másters o negativos lo más pronto posible.

“Si queremos conservar el cine digital como tal, debemos ser muy restrictivos y muy exigentes en cuanto a la forma en que nos tienen que llegar los materiales”, expresó Torres Pérez.

Al respecto, Osorio Alarcón señaló que la conservación de este tipo de archivos tiene que iniciar en las etapas tempranas de vida del material, incluyendo los aparatos que servirán para reproducirlos.

“El trabajo de conservación incluye conservar la maquinaria. Para eso existen los llamados museos de cine, pero los museos del cine se deben hacer en un momento muy preciso”, detalló.

El conservador añadió que “se debe rescatar el proyector en buen estado y con una buena cantidad de refacciones para que siga andando, no que levantes de una feria de antigüedades un cachivache incompleto. México no tiene un museo de cine en el que funcione todo”.

Fernando Osorio también destaca la necesidad de crear una política de Estado para preservar todos los archivos en general, labor que hoy realizan diversas dependencias por separado.

Mientras tanto el lugar indicado para que los autores resguarden su material original es la Cineteca Nacional, cuya misión institucional es “rescatar, preservar, conservar, incrementar y catalogar los acervos fílmico, iconográfico, videográfico y documental, que conforman la memoria cinematográfica de México”, lo que hace sin costo para el creador.

Por ley las distribuidoras están obligadas a depositar una copia de cada película que se produzca, distribuya o exhiba en México, lo que se conoce como depósito legal, con el fin de preservar su obra e incluso servir como testigo ante un eventual juicio por derechos de autor.

“A la Cineteca han llegado muchos de los grandes cineastas de las décadas anteriores buscando sus materiales -no voy a decir nombres- y resulta que no están, ya sea porque no hicieron el depósito legal, se les perdió el negativo o la copia que entregaron era una que utilizaron para exhibiciones comerciales y llegó en muy malas condiciones”, recuerda Édgar Torres.

“Ningún fabricante ha dicho que sus materiales van a durar toda la vida, ni 100 años. Si hoy tenemos fotografías que han durado ese tiempo o daguerrotipos de 180 años es porque alguien se tomó el trabajo de conservarlas bien”, concluyó Osorio.

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