Diana Golden asegura que fue esposada injustificadamente tras zafarrancho en aeropuerto

15 de Abril de 2013
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México, 15 Abr 13.- Este fin de semana trascendió que la actriz Diana Golden se vio envuelta en tremendo escándalo en el Aeropuerto de Cancún, luego de que se le negara la venta de un boleto de avión el día sábado con destino a la Ciudad de México, al presumirse que estaba bajo los efectos del alcohol.

Tras la negativa de los empleados de la aerolínea de seguir sus indicaciones, fuentes presenciales del suceso aseguraron que la actriz colombiana regresó con un café al mostrador para derramarlo en una de las computadoras de punto de venta y al empleado Eduardo Rivera Hernández. Sin embargo la actriz niega las acusaciones en su contra.

“No agredí a nadie y tampoco le aventé el café a nadie”, declaró a Fórmula Notas con Matilde Obregón.

Asimismo puntualizó que no estaba en estado de ebriedad como reportan los diarios locales.

“De entrada quiero que todos sepan que no me levanto todas las mañanas a tomar ok. No es la primera vez que tomo un avión, tomamos aviones cada semana. Conozco perfectamente todas las reglas y todo lo que hay que hacer”.

Explicó que el sábado pasado pretendía regresar a la capital mexicana, luego de atender un compromiso de trabajo.

“Yo tenía mi vuelo a las 10.30 de la mañana en Aeroméxico. Yo llegué a las 8.30 de la mañana, el muchacho no había abierto el mostrador. Le dejé mis maletas y le dije: ‘voy por un café’”.

Cuando regresó al mostrador el empleado le notificó que el boleto no estaba pagado, por lo que ella decidió liquidarlo. Sin embargo fue en ese momento cuando se le derramó el café, lo que provocó la molestia de los empleados de la aerolínea, quienes dieron aviso a la policía.

La actriz de Amores Verdaderos refirió por qué fue sometida al suelo y esposada injustificadamente.

“Yo no sé adónde me iban a llevar y me dicen: ‘¡apúrese!, ¡vámonos!’ ¿Adónde me llevan?”. Y me empiezan a mangonear los policías, me arrodillo y les digo: ¡por Dios no me peguen!, ¡no me golpeen!, ¡no me hagan nada!, me aventaron al piso y me esposaron. Llegamos a la otra oficina; yo nunca supe donde estuve, después me enteré. Nunca me tomaron declaración; ni Derechos (Humanos) ni abogados, solo se burlaban de mí y me tomaban fotos. Yo lloraba y lloraba”.

Por los supuestos daños que provocó la actriz, los afectados pretendían un pago de 20 mil pesos, pero finalmente sólo fue una entrega de 4 mil.

Aseveró que para obtener su libertad tuvo que firmar unos documentos sin poderlos leer, ya que al tratar de hacerlo se los arrebataban.

Subrayó que no procederá legalmente en contra de los empleados de la aerolínea ni de la policía a pesar de que recibió varios golpes en su cuerpo.

“No creo, porque si eso me hicieron por tirar un café, si me peleó con ellos me matan”, concluyó.

Finalmente la actriz tuvo que retornar a la capital mexicana en otra aerolínea.