Imágenes religiosas son transformadas por devoción de los fieles

24 de Diciembre de 2014
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México, 24 Dic 14 (Notimex).- Recientes estudios iconográficos permiten documentar las transformaciones que algunas imágenes religiosas han sufrido debido a la devoción de los fieles, quienes las actualizan con vestimentas, joyas y pelucas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la tradición de revestir estas imágenes surgió en la época de la Colonia, cuando los misioneros franciscanos iniciaron la celebración de las fiestas navideñas para fomentar esta práctica religiosa entre los indígenas.

La investigadora emérita del INAH, Consuelo Maquívar, señaló durante la mesa "El arte eclesiástico ayer", del II Congreso "La Iglesia católica ayer y hoy", que este tipo de casos son evidentes en poblados como Izúcar de Matamoros, Puebla.

En este lugar, la representación de Santiago Caballero aparece ataviada con un traje de terciopelo negro, una capa con galones dorados, casco emplumado y espuelas de plata, con lo cual se oculta su estofado original, una técnica que simula tela con brocados, elaborada en el siglo XVII.

Maquívar indicó que en el legado escultórico colonial hay ejemplos sobresalientes de Niños Dios que son revestidos como el Niño Cautivo (siglo XVII) de la Catedral Metropolitana y el Santo Niño de Atocha (siglo XVII) que tiene su santuario en la población zacatecana de Plateros.

También destacan el Niño Pa (siglo XVI) de Xochimilco y el Niño Dios de la parroquia de San Gabriel Arcángel, ubicada en Tacuba, a este último lo suelen vestir de futbolista; sin embargo, estas transfiguraciones no cambian su significación religiosa, agregó.

En su ponencia "Iconografía religiosa ayer y hoy", la especialista de la Dirección de Estudios Históricos del INAH puntualizó que las representaciones religiosas son reinterpretadas, como el cuadro de la imagen trinitaria del "Padre compasivo".

La investigadora explicó que en esta imagen Jesucristo aparece separado de la cruz y yace en el regazo de Dios Padre, y fue un devoto en Puebla quien intervino para que se hicieran estas imágenes en las parroquias del poblado de Tecamachalco, así como en la de San Miguel Arcángel.

En este cuadro "el globo terráqueo aparece en los pies de la Trinidad y no en sus manos, y además alude claramente a México, lo que hace suponer que quienes lo mandaron a hacer tuvieron la clara intención de implorar la protección de la Divida Providencia a la población mexicana", abundó.

Por su parte, la restauradora Fanny Unikel, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), desarrolló el tema "La devoción a color: la policromía en esculturas y retablos".

En su participación, Unikel explicó que el uso del color para policromar cumple tres funciones fundamentales: la clasificatoria, la de distinción y la simbólica.

La función clasificatoria permite diferenciar elementos, como sucede en el caso de los retablos, en los cuales se puede apreciar el fondo dorado concentrado en la parte arquitectónica y elementos de distintos colores salpicados en la superficie.

La segunda de estas funciones es social, ya que implica la pertenencia a un grupo social, y en los retablos se pueden diferenciar los personajes de determinada orden religiosa, como sucede con las carmelitas, que usan túnicas blancas.

En cuanto a la parte simbólica, ésta adquiere un significado particular de acuerdo a la cultura y la época, como sucede con la hoja de oro de los retablos, la cual representa la grandeza y era utilizada en la vestimenta para imitar brocados.

Finalmente, la restauradora comentó que el punto fundamental del arte de la escultura policromada es que el escultor y el pintor tengan como objetivo elaborar una pieza que conmueva al espectador.

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